Aprender a leer y escribir es un proceso complejo que requiere habilidades visuales, auditivas y grafomotrices. Para prevenir dificultades en estas capacidades debemos trabajar aspectos como la motricidad fina, las praxias bucofonatorias y la coordinación óculo-manual.
Ser cuidador de un paciente con Alzheimer implica una transformación profunda en la identidad personal. El proceso de adaptación conlleva una progresiva fusión identitaria, en la cual la persona asume el rol de cuidador como su principal función vital, lo que puede ocasionar sentimientos de pérdida del yo.
Fomentar el hábito de leer desde una edad temprana es una inversión en el futuro de cada estudiante, ya que les proporciona las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos académicos y personales que se les presentarán a lo largo de su vida.
Desde la infancia, el asombro nos permite explorar, aprender y entender el mundo que nos rodea. Nos ayuda a desarrollar nuestra curiosidad, creatividad y motivación constituyendo así las bases para el desarrollo cognitivo y emocional.
El correcto funcionamiento de la voz está relacionado con diversos factores físicos, emocionales, etc., que influyen en el desempeño laboral, en función de la exigencia vocal que se requiera. Los profesionales que experimentan problemas vocales perciben que estos tienen un efecto negativo en su trabajo y por ende en su calidad de vida, generando en ocasiones limitaciones e incapacidades ocupacionales pasajeras o permanentes.
La dislexia representa un desafío significativo en la adquisición de la lectura y escritura. Los niños con dislexia tienen una forma distinta de pensar y percibir su entorno. Según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aproximadamente el 17% de todos los niños en el mundo presentan dislexia.
Si nos ponemos en el lugar de los niños y empatizamos con sus temores y frustraciones entenderemos que no lloran o se equivocan para molestarnos, y podremos comprender que sus problemas emocionales no son solamente por sus trastornos de lenguaje, sino por el modo en que nosotros manejamos sus dificultades.
Fortalecer nuestra labor como padres se logra estando presentes, escuchándolos y prestando atención a lo que ocurre en sus vidas, comenzando por nuestras interacciones cotidianas. Al estar atentos, podemos detectar sus desafíos y guiarlos con fortaleza y amor.
La terapia ocupacional es parte del trabajo de un equipo multidisciplinar cuya finalidad es la recuperación motriz del individuo en múltiples situaciones de invalidez donde el desempeño ocupacional se ve limitado o en riesgo por enfermedad, traumatismo o envejecimiento.
Los niños aprenden de lo que ven. Como padres, tenemos la responsabilidad de mostrarles con nuestro comportamiento lo que significa vivir con integridad, bondad y respeto hacia los demás. No podemos programar a nuestros hijos como si fueran computadoras, dictándoles una lista de valores y esperanzados en que simplemente los incorporen. Ellos necesitan ver esos valores en acción.