Primeramente el docente tiene que entender el verdadero papel que juega en la educación, entender que al formar uno se reforma, es decir, el alumno también no esta formando con sus comentario, con sus experiencias, con sus inquietudes, etc.
LOS SABERES DEL DOCENTE
Hablar de los docentes es complejo, pues, existen de todo tipo, desde los que se entregan en cuerpo, corazón y alma, hasta los que tienen un poder diabólico de dominación que se ejercer sobre la identidad del alumno, sobre su imagen de sí, y pueden infligir en un traumatismo terrible.
El profesor inculca de manera intensa comportamientos, actividades y saberes en condiciones lógicas expresadas en sus prácticas pedagógicas, sin apelar explícitamente a normas, reglas o códigos. Es por ello, que el docente es precisamente un producto del trabajo pedagógico socialmente determinado de toda actividad educativa, difusa e institucional, que tiene por objeto hacer interiorizar modelos, significaciones y en general, las condiciones sociales existente para formar lo que se llama personalidad. (Bourdieu, 2002: 163)
Por lo tanto, la inculcación que realiza toda acción pedagógica es generadora, no sólo de información sino de personalidades sociales .
Ya hemos hablado de la realidad en la escuela a través de su función social y cuyo personaje esencial es el docente. Pero siguen las preguntas sin respuestas ¿que puede hacer el docente para cambiar la situación del aula? Y ¿Cómo modificar el docente la situación de sus alumnos en el presente y en el futuro?, ¿Qué debe saber el docente para hacer estas dos tareas?
… comienza por que aceptar que el formador es el sujeto en relación con el cual me considero objeto, que él es el sujeto que me forma y yo el objeto formado por él, me considero como paciente que recibe los conocimientos-contenidos-acumulados por el sujeto que sabe que me son transferidos. (Freire, 2000: 24)
…quien forma se forma y re-forma al formar y quien es formado se forma y forma al ser formado. Es en este sentido como enseñar no es transferir conocimiento, contenidos, ni formar es la acción por la cual el sujeto creador da forma, estilo o alma a un cuerpo indeciso y adaptado. No hay docencia sin discencia, las dos se explican y sus sujetos, a pesar de las diferencias que los connotan, no se reducen a la condición de objeto, uno del otro. (Freire, 2000: 24)
Primeramente el docente tiene que entender el verdadero papel que juega en la educación, entender que al formar uno se reforma, es decir, el alumno también no esta formando con sus comentario, con sus experiencias, con sus inquietudes, etc.
Por ello, el docente debe romper esa práctica bancaria y reconocer la importancia del alumno en el proceso, acortar ese distanciamiento producido por las viejas prácticas pedagógicas y darle un nuevo sentido a la enseñanza.
Para que pueda darse ese acercamiento y libertad de pensamiento a nuestro alumnos es necesario que el docente forme o fortalezca los siguientes saberes según Freire y los ponga en práctica en aula.
Enseñar exige un rigor metódico.
Una de las tarea esenciales de cualquier docente es trabajar con rigor metódico como medio para aproximarnos a los objetos cognoscibles, pero ese rigor metódico no tiene nada que ver con el discurso bancario (Freire, 2000).
Cuando en el aula se presentan verdaderas condiciones de aprendizaje los alumnos se van trasformando en sujetos reales por que son capaces de construir y reconstruir sus conocimientos y habilidades a la par que lo hace el docente.
…la importancia del papel del educador, el mérito de la paz con que viva la certeza de que parte de su tarea docente es no sólo enseñar los contenidos, sino también enseñar a pensar correctamente. (Freire, 2000: 28)
Por lo tanto, el docente debe pensar acertadamente primero para poder enseñar, por que sólo así enseñará a pensar a sus alumnos de manera acertada.
El profesor que piensa acertadamente deja vislumbrar a los educandos que una de las bellezas de nuestra manera de estar en el mundo y con el mundo, como seres históricos, es la capacidad de, al intervenir en el mundo, conocer el mundo. (Freire, 2000: 29)