Este modelo socialmente discriminante se vincula con la distribución de la legitimación de la legitimación social también de las variedades lingüísticas
El proceso escolar de imposición de la lengua estándar representa un problema de conflictos socioculturales que por medio del lenguaje aparece el carácter discriminador tanto de la política socioeducativa como lingüístico-comunicacional.
El aumento incesante del analfabetismo en el marco económico cultural de la globalización, provocará el incremento de la cantidad de niños que quedan afuera de la estandarización y de posibilidades de progreso social.
El actual aparato educativo posee un grave elemento ideológico de discriminación social. Un claro ejemplo, tiene intrínseca relación con el advenimiento de las escuelas privadas y pagadas, y a las cuales concurren los niños de la clase media y alta. Mientras que la escuela pública queda destinada para el sector social con menos recursos económicos o para los más carenciados.
Este modelo socialmente discriminante se vincula con la distribución de la legitimación de la legitimación social también de las variedades lingüísticas. Es así que los sectores de clase media y alta compartirán una variedad estándar, la cual es impuesta por el currículum oficial para la educación.
Sin embargo, a los niños de los estratos sociales más pobres y desfavorecidos la ideología discriminante descalificará a estas hablas que emplean.
Por último, otra de las consecuencias originada por el proceso de imposición de una lengua estándar se relaciona también con el gran porcentaje de marginados lingüísticos que según los sociólogos contaren en “habla miedosa”, alimentada por una conciencia dialectal culpable que los inhibe para expresarse libremente.
Los lexemas empleados en la normativización de una variedad lingüística correspondiente a la circular Nº 86 del año 1978 denominada “Enseñanza de la lengua” son los siguientes: corrección, correcta, depurar y decoro. Si analizamos detenidamente la connotación de estos lexemas, observaremos que este documento apunta a la imposición y normativización de una variedad lingüística, como así también el purismo idiomático.
En este documento se hace hincapié en la imprecisión e incorrección que resulta el habla popular y/o regional, lo que a su vez connota el grado de discriminación que se trata de establecer en el sistema educativo, cuando un párrafo de la circular Nº 23/78 expresa “así el habla imprecisa, incorrecta, popular o regional a veces, será el punto de partida del dialogo mediante el cual el maestro llegará a conocer al niño y sentar las bases de una correcta relación educando-educador, básica en el proceso de la comunicación”.