Ese es nuestro desafío, aquel que remite a romper con nuestras propias representaciones mentales enquistadas y aprehendidas por paradigmas reduccionistas y simplistas que, poco saben del devenir simbólico de un niño pero que mucho saben respecto de cómo continuar aplicando estrategias coercitivas de exclusión y censura.
Así, podemos observar que estos pequeños cuentan con recursos que, rápidamente comienzan a vislumbrarse y engrandecerse, en tanto exista alguien dispuesto a compartir con ellos algunos espacios de intercambio, en los cuales se les ofrezca la oportunidad de aprender y demostrar todo aquello de lo que son capaces de decir, comprender, simbolizar, representar y pensar.
Por otra parte, resultaría una mirada un tanto reduccionista omitir la historia que traen estos pequeños acuestas, el abuso expresado en sus más variadas formas condicionada la vida de todo ser humano pero no por ello, la determina y clausura marcando un único destino posible. Por ello, es importante estar atentos y no anticiparnos a pronósticos y diagnósticos que tiendan a censurarlos. Por el contrario, es preciso que tengamos en cuenta sus historias, sus orígenes y la nueva situación familiar a fin de poder apreciar y atender a la complejidad que este encuentro implica, validando sus modos de decir y simbolizar e intentando que sus recursos logren desplegarse por completo. De esta manera, estos pequeños contarán con las herramientas necesarias para participar de esta nueva familia que los invita a pertenecer a un nuevo espacio cultural y a un nuevo grupo social.
Ese es nuestro desafío, aquel que remite a romper con nuestras propias representaciones mentales enquistadas y aprehendidas por paradigmas reduccionistas y simplistas que, poco saben del devenir simbólico de un niño pero que mucho saben respecto de cómo continuar aplicando estrategias coercitivas de exclusión y censura.
Si asumimos el compromiso de acompañarlos en el ingreso a esta nueva cultura respetuosamente, seremos capaces de ofrecerles otras oportunidades que hasta ahora quizás no hayan tenido; y de este modo, estos pequeños podrán contar con los recursos y herramientas necesarias para vérselas con una nueva realidad que los invita a participar desde adentro y no desde los márgenes que suponen las diferencias. En este sentido, podremos intervenir como promotores de la inclusión a la sociedad, a la cultura, a la educación, a la escuela y con ello, preservamos su presente apostando a su futuro…