Este artículo presenta la evaluación de un programa SocioMotriz para personas mayores autónomas, mediante la cual se analiza la eficacia del mismo en el ámbito motor, psico-afectivo y cognitivo.
Programas sociomotrices para personas mayores. Evaluación de su eficacia.
Fuente de orígen: www.INDEref.com
Introducción
Las personas mayores que han mantenido a lo largo de la vida un estilo de vida saludable realizando
ejercicio físico con regularidad, lo continúan haciendo en la vejez, disfrutando con las prácticas que conocen y
dominan.
Otros, sin embargo, han llevado una vida sedentaria, característica que se acentúa al entrar en la etapa de
jubilación y, llegado este momento pretenden iniciar la práctica regular y sistemática de ejercicio físico para mantener o
mejorar su salud y calidad de vida. Para estos es imprescindible tener en cuenta todos aquellos aspectos que faciliten la
adherencia al ejercicio: la proximidad del lugar donde se realizan las sesiones y la motivación del trabajo en grupo, entre
otros. Y, como no, necesitan programas con metodologías acordes a su nivel de forma física, su bagaje corporal, sus
intereses y motivaciones.
La mayor parte de investigaciones en torno a los beneficios de la práctica de ejercicio físico en la vejez estudian programas que se desarrollan en el ámbito médico y/o con personas mayores deportistas. Con la evaluación de la eficacia de los programas sociomotrices hemos pretendido estudiar los efectos de un programa de ejercicios físico-recreativos, de intensidad moderada-baja, con un alto contenido sociabilizador, que se desarrollan en espacios naturales de relación de la población anciana (clubs de jubilados y residencias geriátricas) para ver si este tipo de programas también tenía efectos preventivos y profilácticos que facilitaran un envejecimiento saludable y permitieran disfrutar de una vejez más satisfactoria.
Conocíamos de antemano estudios analíticos que relacionaban prácticas de baja intensidad y tareas muy sencillas con efectos positivos variados. Todos ellos avalan que la práctica regular y sistemática de ejercicio físico aeróbico a intensidad moderada o moderada-baja, según la edad y nivel de condición física de los practicantes, siguiendo un método de trabajo que respete las posibilidades y limitaciones, tiene efectos positivos sobre la salud de las personas mayores y muy mayores.
En referencia a es tipo de estudios aportamos una síntesis de los aspectos más remarcables señalados por el Instituto Americano de Medicina Deportiva (ACSM, 1998):
- Reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión.
- Previene la osteoporosis; mejora la elasticidad y la movilidad articular; el tono muscular, la agilidad y el equilibrio,
- minimizando el riesgo de caídas y sus efectos negativos posteriores.
- Mejora del estado de ánimo, disminuyendo la ansiedad, el estrés y la depresión.
- Favorece la relajación y permite mantener un patrón de sueño más higiénico.
- Permite disminuir la dosis de medicación e incluso, en algunos casos, eliminarla.
- Aumenta las posibilidades de relación y participación social.
También queremos destacar por su especial importancia en la prevención de la discapacidad un estudio publicado muy recientemente que señala cómo la práctica de 15 minutos de ejercicio físico tipo andar, ir en bicicleta, bailar y hacer aeróbic con música, 3 días por semana, tiene un efecto protector sobre la demencia tipo Alzheimer (Anderson, 2006).
La investigación que aquí presentamos, basada en una propuesta holística, aporta datos de todos aquellos aspectos comprometidos en el comportamiento psicomotor para que sea posible interrelacionar los múltiples efectos que la práctica de ejercicio comporta y valorar así la eficacia del programa analizado y su repercusión en la salud, el mantenimiento de la capacidad funcional y el bienestar de los usuarios. Esta investigación aporta datos de todos aquellos aspectos comprometidos en el comportamiento psicomotor.