El ocio puede constituir una potente herramienta mediante la que proporcionar a las personas con Síndrome de Asperger un mayor número de oportunidades para desarrollar aprendizajes sociales y conductas sociales adecuadas.
Ocio, tiempo libre y relaciones sociales en las personas con Síndrome de Asperger.
El concepto de ocio ha ido evolucionando a lo largo del tiempo y ha pasado de ser un privilegio a un derecho que tenemos todos los seres humanos. Clásicamente se ha definido el ocio en función del tiempo libre de que disponemos, pero los cambios sociales y la complejidad de algunas actividades tales como el voluntariado social y las actividades ideológicas o religiosas, entre otras, han contribuido a modificar la concepción que tenemos del ocio. Existen grupos sociales como las amas de casa, los parados, los discapacitados, los ancianos... en los cuales es difícil determinar cual es su tiempo libre.
Actualmente podemos definir el concepto de ocio desde una perspectiva mas amplia, en la que podemos tener en cuenta diferentes aspectos. Podemos considerar el ocio como:
- Una dimensión básica de la vida cotidiana.
- Un factor de desarrollo integral de la persona, a partir del cual podemos proponer experiencias con fines formativos y terapéuticos.
- Una herramienta que podemos utilizar para evitar y solucionar problemas sociales, como la pasividad y el aislamiento, conductas antisociales e incluso conductas delictivas.
Finalmente, cabe resaltar que el ocio es una fuente de salud y de prevención de enfermedades físicas y mentales y que se trata de un indicador de calidad de vida.
Las principales limitaciones en el Síndrome de Asperger se encuentran a nivel del área social: tienen una especial dificultad para comprender las relaciones sociales, relacionarse intersubjetivamente con las otras personas, e integrarse en el mundo social. Por tanto, nuestros esfuerzos deben ir encaminados a desarrollar al máximo estas habilidades.
Si tenemos en cuenta la concepción de ocio citada anteriormente podemos intuir que este puede constituir una potente herramienta mediante la que proporcionar a las personas con Síndrome de Asperger un mayor número de oportunidades para desarrollar aprendizajes sociales y conductas sociales adecuadas. En mi opinión, es a partir de la práctica continuada en situaciones reales y naturales donde podemos obtener el máximo resultado de las estrategias terapéuticas dirigidas a mejorar y desarrollar las habilidades sociales, siempre que reúnan una serie de condiciones mínimas. La mera exposición a situaciones sociales no va a implicar el aprendizaje espontáneo de las conductas apropiadas. Por tanto, es necesario diseñar situaciones sociales estructuradas junto con un plan de objetivos muy concretos que se especifiquen a todos los sujetos que intervienen en el programa de ocio y tiempo libre.