Septiembre de 2017: Michel Le Van Quyen se despierta con una parálisis facial. Le diagnostican agotamiento y le prescriben reposo absoluto.
En un principio le agobia esta inacción, pero luego se produce la sorpresa: el silencio en el que se ha sumido le sienta bien y le ayuda a superar su trastorno. Entonces decide investigar.
Si ya teníamos la intuición, ahora lo explica la neurociencia: cuando promovemos el silencio acústico, pero también atencional, visual o meditativo, nuestro cerebro cae en un estado muy particular.
Esta desconexión es la que le ayuda a regenerarse, a expulsar las toxinas que conducen a las enfermedades neurodegenerativas.
Y lo mejor es que el silencio, en todas sus formas, resulta beneficioso para la creatividad, la memorización e incluso la construcción de nuestro «yo».
Si las grandes sabidurías de Oriente y Occidente ya lo habían comprendido, hoy la ciencia atestigua los asombrosos poderes del silencio; a nosotros nos corresponde apropiarnos de ellos.
Editorial: Plataforma
ISBN: 9788417886004
Publicado:10/2019
Páginas: 240
Idioma: Español
Encuadernación: Rústica