El futuro lo construimos todos nosotros, cada día, con lo que hacemos o no hacemos en nuestro trabajo, en nuestra casa, en la sociedad de la que formamos parte.
Por ello, si queremos que ese futuro proteja la vida colectiva, necesitamos repasar y hacer nuestras determinadas prácticas. A nuevos tiempos, nuevas actitudes.
En la actualidad, apreciamos los procesos de vida, humanos y de conocimiento son distintos. Si queremos reorientar nuestra labor de acuerdo con este nuevo contexto, hemos de tener presentes todas estas alteraciones.
En educación, el trabajo se hace con las personas, y por ello es imperativo que trabajemos de acuerdo a la emergencia de estos múltiples paradigmas.
Solo así lograremos comunicarnos con las nuevas generaciones que confían en nosotros. Habrá momentos de dificultad, pero de toda complicación brota siempre la posibilidad de mejora para el futuro.
Los educadores asumimos una profesión que constituye en nosotros una forma de vida impregnada de futuro.
Otros formatos disponibles:
INTRODUCCIÓN.
La emergencia de múltiples paradigmas.
1. ¿Y nosotros, docentes, qué hacemos? Es necesario prestar atención.
2. Estado de atención y desafío de cambio. ¿Acceso a la información o acceso al conocimiento?
3. Humildad pedagógica y competencia colectiva. Solo es buen docente quien es buen aprendiz y trabaja con otros.
4. Tecnología, aprendizaje y profundidad. Pensamiento crítico.
5. La era de la impaciencia y la enseñanza. La escuela, un lugar para el encuentro.
6. Voluntades soberanas y disciplina debilitada. Deberes, deseos y derechos.
7. Hijos en el mundo, alumnos en la escuela. Una generación abierta a lo diferente.
8. El oficio de compartir: aquello que nos mueve. Educar: una pasión, un modo de vida, una vocación.
CONCLUSIÓN. Seriedad, sí, ¡pero con alegría!
Editorial: Narcea
ISBN: 9788427723658
Publicado:8/2017
Páginas: 160
Idioma: Español
Encuadernación: Rústica