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¿Nuestros tres cerebros?

El estudio del cerebro humano  da cuenta de aquello que llamamos “mente”. Podríamos afirmar que si disponemos de un solo cerebro, por lo tanto debe haber una mente que explica las distintas formas de pensamientos, ideas, imaginación, atención, percepciones, etc. Gurdjief (1866-1949 ) y Ouspensky (1878-1947 ) dos destacados filósofos rusos que juntos con la Filosofía Oriental en el conocimiento que nos brinda, por ejemplo, el Dalai Lama (Tenzin Gyatso) enseñan que tenemos tres mentes, aunque muchos seguidores sostienen que son nuestros tres cerebros.

Omer Silva Villena | 15/05/2022

¿Ud. qué cree? Sueña extraño ¿verdad? Más aún si recordamos nuestras clases de Biología o de Anatomía Humana, diría un estudiante de medicina. Un antropólogo evolucionista diría, sí, es posible al mirar la evolución de la especie humana desde lo rudimentario de este órgano en la etapa reptiliana cuyas conductas eran arrastrarse como forma de movimiento y sobrevivir de acuerdo al instinto orientador. De aquí surge el sistema límbico donde aparecen las primeras formas de sentir o emociones. Posteriormente, en la línea de la evolución de las especies el ser humano desarrolla el “neocortex” como centro de las conductas morales y el asiento de la racionalidad junto al lenguaje. Bueno, esto podemos afirmar resumidamente lo que hay en el mundo neuroanatómico de la ciencia occidental.

Más allá de occidente, digamos en el mundo oriental, son muchos los que han escrito sobre este particular, pero no tan centrado en la estructura anatómica del encéfalo o cerebro, simplemente. Las ideas, siendo complicado sintetizarlas, se centran más en la “funcionalidad” de las distintas estructruras sobre todo cuando se trata de dar cuenta de la “conciencia” como una forma de explicar el mundo que nos rodea, es decir, aquello relacionado con el “darse cuenta” del mundo y orientarnos en el mismo, desde la infancia hasta los años maduros de nuestras cogniciones en las que acumulamos experiencias, saberes, y conocimientos.

Justamente el estudio del cerebro humano  da cuenta de aquello que llamamos “mente”. Podríamos afirmar que si disponemos de un solo cerebro, por lo tanto debe haber una mente que explica las distintas formas de pensamientos, ideas, imaginación, atención, percepciones, etc. Gurdjief (1866-1949 ) y Ouspensky (1878-1947 ) dos destacados filósofos rusos que juntos con la Filosofía Oriental en el conocimiento que nos brinda, por ejemplo, el Dalai Lama (Tenzin Gyatso) enseñan que tenemos tres mentes, aunque muchos seguidores sostienen que son nuestros tres cerebros.

Lamentablemente en el mundo académico, metidos en los recovecos de nuestras “erudiciones” no disponemos de tiempo para mirar un poco más allá de nuestros confines intelectuales. Es que nos vestimos en una especie de vano intelectualismo creyendo que basta con la formación académica que recibimos, primero en los niveles de la educación básica, media y, posteriormente, en la formación profesional. Posiblemente, tenemos tres mentes. La primera es la “mente sensual”, una segunda se denomina “mente intermedia”, y una tercera “mente interior”. Vamos entonces a explicar en lo que queda de esta columna: a) la mente sensual, elabora sus conceptos mediante las percepciones sensoriales externas. Así, es terriblemente grosera y materialista; no acepta nada que no haya sido demostrado físicamente; es la “ciencia oficial” o fáctica (basada en hechos o “evidencias”.

Nada puede saber sobre los misterios de la vida y de la muerte, sobre el alma y el espíritu, etc. Para los “bribones del intelecto” cualquier forma de pensar trascendental no tiene cabida en esa concepción del mundo. Las discusiones analíticas son la base de cualquier forma de “argumentación” o “tribunales de la elocuencia” con que nos encontramos en el mundo científico o académico. (b) la mente intermedia, es diferente. Sin embargo tampoco sabe mucho sobre lo “real”; se limita a creer y esos es todo. Están aquí las creencias religiosas y los dogmas de cualquier tipo (lo que más abunda hoy son las de naturaleza política y en mundo académico). Los aportes  de escuelas de pensamiento religioso o político elaboran un cierto molde en el cual nos meten. Esta forma de pensar es la base de este tipo de mente que en el fondo se presenta siempre muy débil. (c) La mente interior, es la que está más allá del creer o no creer; es fundamental para la experiencia directa de la verdad; es la misma “razón objetiva” afirma Gurdjieff que funciona con los “intuitos”, le guste o no a la mente sensual, funciona con los datos del Ser, de la conciencia de aquello que  es trascendental a nosotros.

Elabora sus conceptos con los datos aportados por la conciencia superlativa del Ser; la conciencia sabe sobre la verdad de cada fenómeno natural y puede manifestarla. La mente interior se aparta de toda forma de “escolasticismo”. Como que se constituye en una forma de “facultad” o “percepción instintiva de las verdades cósmicas” que otrora tuviera la humanidad en general que, hoy por hoy la reconocemos en las cosmovisiones de nuestros “pueblos originarios” (saberes ancestrales). Recordemos cuando el Maestro Jesús (Gran Kabir) advierte a sus discípulos con las siguientes palabras: “cuidaos de la levadura de los saduceos y de la levadura de los fariseos”. Sin duda se refería al materialismo de los saduceos y de los hipócrita fariseos (mente intermedia). La “levadura de los fariseos” corresponde a la mente intermedia. Son los que asisten a sus templos, escuelas, religiones, sectas y denominaciones políticas para que todos los vean; escuchan, pero no encarnan las creencias como convicciones sinceras; Tenzin Gyatso dice que es como mirarse en un espejo e irse; no les interesa la transformación íntima.

Pues bien, el lenguaje y el habla en cada una de estas “tres mentes” son los medios por los cuales podemos evaluar frente a “quién o quiénes estamos”. Son de la mente sensual las frases futboleras (vamos con todo, si se puede, etc), “los niños no se tocan”, “ni una más”, “basta de amenazas”,  fanatismos, “todo es super”, “power”, “cachai”, groserías, chilenismos, habla flaiter, lenguaje del marketing.

En fin el “lenguajear” del Dr. Maturana es moverse en este ámbito. A la Mente Intermedia la podemos reconocer en la jerga científica, el lenguaje judicial, eufemismos, argumentaciones, pedantería. En la Mente Interior, por otro lado, encontramos la poesía, el verso, el lenguaje de los santos, canciones de amor, romanticismo, la literatura de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila, etc.  Finalmente, ahora Ud. lector observe el mundo verbal que le rodea y busque y clasifique lo que escucha o lee de acuerdo a los funcionalismos de nuestro cerebro en las “tres mentes”. Y Ud. ¿cómo se comunica?

 

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