Lelia Albarracín sostiene que en el caso específico de la provincia de Tucumán se puede observar que el saber cultural de un habitante de la zona de los Valles Calchaquíes no es el mismo al del campesino de la llanura ni equiparable tampoco con el saber cultural del habitante de las zonas urbanas empobrecidas.
La mayoría de las palabras que de esta lengua se mantienen porque se observan en apellidos (pero el problema es que el significado de los mismos o se ha perdido o es actualmente muy dudoso) y (la principal fuente actual para elucidar los significados) la toponimia.
Entre las pocas palabras con significado aún conocido se observan las siguientes:
• Ao, hao, ahao = pueblo.
• Gasta = pueblo.
• Kakanchik (transcripto al castellano: "cacanchic")=Nombre de una deidad al parecer de la fertilidad.
• Titakin (transcripto al castellano titaquín)*señor y rey*.
• Zupka="altar", lugar de sacrificio.
Fonología
Tal cual se ha indicado, para quienes no le tenían como lengua materna, el kakán era una lengua en extremo difícil, Barzana expresa que es lengua tan gutural que parece no se instituyó para salir de los labios. Sin embargo, la palabra gutural no parece ser la correcta sino que está indicando una gran frecuencia de fonemas de articulación palatal tal como lo indica la serie: [ch], [sh], [ñ], [ll], [y], [k], también resulta bastante frecuente la [g] oclusiva velar, mientras que la "b" con que los cronistas coloniales han transcripto muchas palabras parece corresponder generalmente a la consonante continuada sin fricción [w]; por otra parte llama la atención la infrecuencia de la [d].
Así es que corresponde hacer notar lo siguiente: las palabras de la lista fueron inicialmente transcriptas al castellano de modo que en lugar de la k usada en este artículo las transcripciones previas al castellano lo fueron utilizando la c antes de a, o u o el dígrafo qu antes de i, e; de un modo semejante las palabras aquí transcriptas con h sonora lo fueron al castellano arcaico con x y luego con j o – antes de e, i – con g. La w con valor vocálico aquí utilizada ha sido frecuentemente transcripta al castellano con el dígrafo gü antes de i e, o directamente gu (sin diéresis) antes de las otras vocales.
Uso de la fórmula de tratamiento “güile” o “güila” empleada por los niños, adolescentes y adultos del departamento Simoca y Monteros
Lelia Albarracín sostiene que en el caso específico de la provincia de Tucumán se puede observar que el saber cultural de un habitante de la zona de los Valles Calchaquíes no es el mismo al del campesino de la llanura ni equiparable tampoco con el saber cultural del habitante de las zonas urbanas empobrecidas. Una situación equivalente se da entre los habitantes de Quebrada y Puna, con los de San Salvador de Jujuy. Sin embargo, existe una sobrevaloración de lo académico, del modo de vivir urbano y de la producción industrial sobre esos otros saberes construidos en cientos o miles de años. Está en juego entonces no sólo una variedad de culturas sino también las consiguientes variedades dialectales, que son hablas con las cuales algunos habitantes se identifican.
Una de las fórmulas de tratamiento usualmente utilizada en todo el departamento de Simoca y zonas de influencias (entre ellas también el departamento Monteros) es el lexema güile (para designar a un niño) y güila (para hacer referencia al sexo femenino). Los hablantes que usan comúnmente esta fórmula de tratamiento son personas que proceden tanto de la zona rural como de la zona suburbana de Simoca. Esta misma situación se manifiesta en el Departamento Monteros.