Buena parte de los estudios consultados afirma que la gran mayoría de los agresores conoce a los niños, sólo un 15% de los abusos son realizados por desconocidos de la víctima. Además señalan que buena parte de esos abusos son cometidos en el propio hogar de la víctima por familiares próximos.
LOS ABUSADORES
No todos los agresores tienen el mismo perfil de activación sexual, ni el mismo grado de agresividad. Así, según el grado de violencia con el que se lleva a cabo el delito, diversos autores han clasificado a los agresores en:
a) No violentos.
Emplean la persuasión, engaño o presión para someter a la víctima, basándose en su relación de autoridad y poder (adulto, padre, maestro).
Éstos a su vez, se subdividen en otros dos grupos en función de la exclusividad de su preferencia sexual:
- Pedófilos exclusivos: preferencia sexual exclusiva hacia los niños. Estos adultos experimentan satisfacción en contacto con los niños y les son insatisfactorias o rechazan las relaciones sexuales con otros adultos. Aunque se les ha descrito como personas inmaduras, son capaces de adoptar pautas de comportamiento adulto perfectamente adaptadas.
- Pedófilos oportunistas: Mantienen actividad sexual con adultos y en determinadas circunstancias abusan sexualmente de los niños. Manifiestan no tener predilección por los niños, tienden a racionalizar los abusos atribuyéndolos a las circunstancias en que se produjeron. A diferencia de los pedófilos exclusivos, interactúan con los niños como si éstos fueran mayores. La baja autoestima en la esfera sexual, el alcohol y otras drogas, las desavenencias conyugales, el hacinamiento y la vida desordenada son algunas de las circunstancias presentes en este tipo de abusos. Este subgrupo recoge al mayor número de agresores. En nuestro servicio la mayoría de abusadores son personas consideradas “normales” por sus vecinos y familia.
b) Violentos.
Los que emplean el asalto o la violencia para someter a las víctimas. Son más responsables de lesiones y muertes. Tienen graves características de personalidad psicopática con antecedentes de conducta antisocial. La motivación para el abuso es sexual y violenta al mismo tiempo. Su patrón de conducta obedece a la búsqueda de sensaciones y a su propia satisfacción. Este grupo es mucho menos numeroso y evidentemente mucho más peligroso que el anterior.
RELACIÓN DE LOS AGRESORES CON LOS NIÑOS
Buena parte de los estudios consultados afirma que la gran mayoría de los agresores conoce a los niños, sólo un 15% de los abusos son realizados por desconocidos de la víctima. Además señalan que buena parte de esos abusos son cometidos en el propio hogar de la víctima por familiares próximos. En nuestro servicio podemos decir que efectivamente la gran mayoría son conocidos por los niños y muchos de ellos miembros de la familia.
La edad de los agresores oscila desde los adolescentes a los ancianos, siendo este último el estereotipo social. La referencia al viejo verde es frecuente, quizá el anciano tiene menos habilidades para mantener oculta su acción y puede que inspire menos temor y por eso recibe mayores acusaciones, sin embargo el anciano no es el prototipo del abusador. En nuestro servicio hemos podido ver a chicos adolescentes y a hombres mayores, pero la mayoría esta en una franja de edad de 20 a 50 años.