Con este movimiento notará como al tragar el hueso hioides asciende y desciende y al rotar eleva la punta de la lengua aplicándola ala bóveda palatina. También le explicamos que no va a hacer esto cada vez que trague sino es solamente para percibir el movimiento y notar que la deglución es atrás y no cerca de los orbiculares de los labios como está acostumbrado a hacer.
Figura 6
También lo trabajaremos en otra sesión. Lo observamos en nosotros y en él, repetimos la acción hasta que logre la forma aceptable. .
Observamos como lo forma y con la sustancia plástica que utilizamos en un principio modelamos lo que observamos dentro de su boca.
Nosotros lo hacemos también y si él lo desea hace el modelo.
Fijamos el concepto con un juego de mesa donde a intervalos regulares practicamos.
Ahora aprendemos a utilizar los músculos zigomáticos para empujar el bolo, como si se tratara de un golpe de una raqueta de tenis.
Le pedimos que observe en un espejo la arcada zigomática, los pómulos y ubicamos los músculos en cuestión.
Colocando los dedos por debajo de hueso malar le hacemos percibir el movimiento de estos músculos mientras asciende y desciende el maxilar.
Con los dedos en la misma ubicación pronunciamos “u” y notamos su estiramiento. Pronunciamos “i” y percibimos su acortamiento. De esta forma incorporamos “a” para notar su posición media, “e” posición de semi-acortamiento y “o” semi-estiramiento.
Utilizamos otra vez “boca gigante” para ubicarnos en la secuencia lógica de la deglución y explicamos que mediante estos músculos y la ayuda de la lengua vamos a ubicar ese bolo en la base de la lengua. Justo debajo de la úvula.
Ese bolo es la “bolita” que aprendimos a formar en el módulo anterior. Y los músculos zigomáticos están representados por el camión “remolque” que se encuentra ubicado fuera de la “Boca gigante”.
En el material didáctico mostramos como entra la comida, la lengua rota desde el hueso hioides, la deposita en los molares. Aparece la saliva que ayuda en la formación del bolo.
Figura 7
Armamos el bolo y en el momento en que se lo percibe de forma mas o menos ovoide, listo para ser tragado, actúan los músculos zigomáticos que logran empujarlo a la base de la lengua .El maxilar cae en forma mas pronunciada y ellos se acortan pegándole al bolo como si se tratara de una raqueta. En este momento ubicamos el bolo sobre el camión “palanca” y con un golpecito lo hacemos saltar hacia adentro de la “boca gigante”.
Podemos percibir también que la lengua ayuda a ubicarlo en esta zona.
En caso de que no comprenda este movimiento de estiramiento y propulsión del alimento podemos ayudarnos de esta manera: tomamos una hoja, la curvamos, colocamos un trozo de galletita sobre ella y la estiramos. La galletita sale proyectada perpendicularmente a la hoja.
Fijamos este movimiento con un juego de mesa donde lo practicamos a intervalos regulares.
Para formar el bolo usamos galletitas de leche o tostadas de glúten.
En este último paso trabajaremos solamente con jaleas de fantasía de baja humedad que son semi blandos pues vamos a provocar con el acortamiento de los músculos milohioideos y omohioideos llevando hacia arriba y adelnte y hacia abajo y atrás al hueso hioides y provocando el movimiento de elevación de la punta de la lengua y su apoyo en la bóveda palatina.
Entonces pedimos que ubique un caramelo de gelatina en la base de la lengua y
Figura 8
una vez que se encuentra debajo de la úvula le pedimos que espere un momento aunque tenga ganas de deglutir y rote hacia atrás los hombros acercando los omóplatos entre si. Con este movimiento notará como al tragar el hueso hioides asciende y desciende y al rotar eleva la punta de la lengua aplicándola ala bóveda palatina. También le explicamos que no va a hacer esto cada vez que trague sino es solamente para percibir el movimiento y notar que la deglución es atrás y no cerca de los orbiculares de los labios como está acostumbrado a hacer.
Le pedimos que perciba primero como aparece la saliva principalmente sobre la base de la lengua, que rote los hombros y note un movimiento donde termina el mentón y comienza el cuello. .
Y, en un tercer momento, con el dedo pulgar detrás de la sínfisis mentoniana le hacemos percibir el movimiento de los músculos milohioideos y genihioideos acompañando el ascenso y descenso del hueso hioides mientras deglute.
En otra sesión con un juego de mesa despertamos la percepción de estos movimientos y los distintos momentos del acto de la deglución.