Por lo tanto, creo que otorgarle al conocimiento cotidiano un tratamiento peyorativo o de insignificancia, es olvidar que ese conocimiento menor, es el que le sirve a las personas para moverse cada día en un mundo cambiante. Diríamos, entonces, que tal dicotomía no existe, como no existe una misma base epistemológica para todas las ciencias, y que ambos tipos de conocimiento interactúan – siguiendo a Rolando García- en un sistema complejo de pensamiento.
La construcción del conocimiento en la escuela: entre lo cotidiano y lo científico:
Desde hace ya una decena de años – y tal vez, mucho antes-, se plantea el debate sobre la naturaleza del conocimiento escolar. El saber cotidiano, por momentos, ha sido desdeñado por considerarlo no-científico.
La pregunta clave sería: ¿El conocimiento científico es el único válido al que debe aspirar un ser humano o su conocimiento cotidiano de interpretación de la realidad es tan válido cómo aquel?
Son muchos los investigadores que se han abocado a ala tarea de establecer si existe un continum, o no, entre estos saberes. Hay quienes dicen que entre ambos existen características que comparten ambos tipos de conocimiento, y también quienes sostienen que existe una discontinuidad epistemológica entre los mismos. También podemos hallar algunas investigaciones que han llegado a la conclusión de que ambos tipos de conocimiento coexisten en el sujeto, y que cada cual se activa de acuerdo al ámbito en el cual se esté desenvolviendo el individuo.
Personalmente, creo que no hay una discontinuidad clara entre un tipo de conocimiento y el otro, puesto que partimos de la base que un sujeto construye (o reconstruye) los conceptos científicos a partir de su experiencia anterior. Además, otra de las presunciones es que el conocimiento cotidiano no es un conocimiento ordenado - como lo es el científico – y con ello, estaríamos pretendiendo que el conocimiento cotidiano no tenga una organización y una coherencia intrínseca. Puesto que el conocimiento – científico o no- es un sistema de ideas, debe estar ordenado, aunque no coincida estrictamente con el ordenamiento científico.
La otra cuestión, es la de la supuesta "sencillez" del conocimiento cotidiano. Postura muy discutible –a mi juicio- dado que no todas las personas sin instrucción científica piensan y conocen lo mismo, y por ende , estos saberes le permiten resolver sus problemas – o no – de diferente manera.
Por lo tanto, creo que otorgarle al conocimiento cotidiano un tratamiento peyorativo o de insignificancia, es olvidar que ese conocimiento menor, es el que le sirve a las personas para moverse cada día en un mundo cambiante. Diríamos, entonces, que tal dicotomía no existe, como no existe una misma base epistemológica para todas las ciencias, y que ambos tipos de conocimiento interactúan – siguiendo a Rolando García- en un sistema complejo de pensamiento.
Con ello, estaríamos partiendo de un tipo de conocimiento cotidiano para conseguir un cambio conceptual – como viéramos- que arribe a un conocimiento más amplio y más acorde a las diversas necesidades, sin necesidad de llamarlo superador y estableciendo así, una jerarquización del conocimiento.