La terapia artística libera los conflictos del inconsciente a través de las imágenes, evitando las dificultades que muchas veces crea la comunicación con palabras. Permite al paciente mayor participación en el tratamiento, fortaleciendo la seguridad en sí mismo, disminuyendo la dependencia con el terapeuta, motivándolo a comprometerse en una participación activa para la comprensión de sus contenidos reprimidos.
¿Dibujar o hablar?
La producción artística ocupa un lugar de herramienta intermediaria en el proceso terapéutico, para que a posteriori se proceda a su elaboración verbal. Esto quiere decir que la propuesta de dibujar (o realizar una producción plástica) tiene un sentido, que es descubrir aquello que no es dicho en palabras con facilidad, y esto no excluye a la palabra de este procedimiento. De tal manera, se opera sobre la ampliación del espectro expresivo y sobre el autodescubrimiento de contenidos habitualmente ocultos, facilitando el acceso a ellos. Se facilita ese acceso porque el dibujo y las imágenes son lenguajes del inconsciente, de modo que el material que deba aflorar así lo hará, con la ayuda de consignas que plantea el Arte Terapeuta.
Una de las grandes diferencias entre el lenguaje verbal y las artes plásticas es que las palabras tienen una significación predeterminada y las imágenes plásticas no. Sin embargo, ¿a quién no le ha ocurrido la experiencia de no encontrar las palabras adecuadas para expresar un sentimiento, una emoción o un pensamiento? Incluso careciendo de significación previa, las imágenes tienen un sentido para quien las dibuja, lo sepa o no en el momento de producirlas. Es sobre ello con lo que se trabaja en Arte Terapia.
Otra diferencia entre lenguaje verbal y arte plástico es que la imagen está más potenciada por el componente emotivo que la palabra, componente indispensable en un proceso terapéutico. Siendo entonces que en el trabajo terapéutico todo lo que se mueve alrededor del eje afectivo emocional es primordial, lo expresivo y creativo sirve para canalizar lo que allí sucede.
La terapia artística libera los conflictos del inconsciente a través de las imágenes, evitando las dificultades que muchas veces crea la comunicación con palabras. Permite al paciente mayor participación en el tratamiento, fortaleciendo la seguridad en sí mismo, disminuyendo la dependencia con el terapeuta, motivándolo a comprometerse en una participación activa para la comprensión de sus contenidos reprimidos.
Los modelos clásicos de terapia han utilizado la palabra como el canal privilegiado de comunicación entre el paciente y el terapeuta. Los terapeutas artísticos incluyen las imágenes, conscientes de que en un dibujo o producción plástica, aquello que debe expresarse puede lograrse de forma más directa.
El Arte Terapeuta crea un ambiente de tranquilidad, seguridad y contención, lo que permite al paciente expresarse con libertad.