8.- LOS PADRES CON HIJOS ADD-ADHD.
En las familias donde un niño padece ADD-ADHD normalmente el problema primario es el niño y no los padres. Aunque ciertas manifestaciones externas hechas por observadores tienden a manifestarse críticamente hacia los padres, pues creen que ellos no saben o no pueden poner limites a sus hijos. En el caso de los niños hiperquineticos, poner limites no resulta siempre fructuoso.
La mala conducta del niño hiperquinetico suele ser motivo de frecuentes discusiones en la pareja parental, a punto que algunos afirman que el porcentaje de divorcios en estas familias es mayor que en las demás.
Es importante tener presente el hecho de que este trastorno posee un sustrato neuroquimico que se mantiene constante a lo largo de la vida del niño, sin embargo, su sintomatología se expresa de diferentes formas según el momento evolutivo en el que se encuentre el sujeto.
Desde el nacimiento, la primera y mas significativa manifestación afecta a los patrones del sueño, que se alteran conforme a lo que seria normal en estos periodos.
Los niños se disponen a dormir a altas horas de la noche, en la casa todos están agotados y ellos podrían seguir la actividad durante horas, cuando finalmente se duermen dan la impresión de caer exhaustos.
Las madres recuerdan su crianza como un periodo en las que ellas estaban exhaustas.
Una vez han conciliado el sueño pasan gran parte de la noche en movimiento, como si los invadieses descargas eléctricas. Se despiertan temprano y da la sensación de que un motor inagotable los impulse a continuar en movimiento. Durante la lactancia parece como si las mamadas debieran repetirse a intervalos muy breves, de esta forma las madres cansadas suelen pasar al biberón por pensar que su leche materna no tiene el suficiente alimento para sus hijos.
A partir de los 2 o 3 años comienza a ponerse de manifiesto su tendencia a no obedecer las ordenes de sus padres, a tal punto que a veces los padres llegan a pensar que sus hijos están afectados por lesiones auditivas ya que aparentan no escuchar.
Tienen una marcada tendencia a sufrir accidentes, como ya se ha señalado con anterioridad, y evidencian de este modo su tendencia a actuar sin pensar (impulsividad)
Las madres recuerdan la constante intranquilidad a la que se encontraban expuestas durante el tiempo que sus hijos se encontraban en una plaza, espacios abiertos o columpios.
No se trata por tanto de madres ansiosas o sobreprotectoras o sencillamente inexpertas, Se trata de niños que por sus hiperactividad requieren un nivel de atención superior a lo habitual.
En su estancia en la guardería, tienen dificultades en seguir las indicaciones de la profesora, no se quedan quietos un momento y se adaptan poco o con dificultades a las actividades grupales, parecen entonces muy independientes o con poca capacidad para relacionarse con los demás niños en las tareas grupales.
En esta edad un motivo de consulta al pedíatra o al psicólogo es la alerta que realizan las profesoras de guardería que creen hallarse ante un niño con problemas psicológicos.
Otro motivo de consulta en el jardín de infancia, es que el niño hiperactivo se comporta de modo agresivo con sus compañeros .
Cuando acompañan a su madre al supermercado, lo tocan todo, dando la evidencia de poder controlar sus actos, así como de una curiosidad irrefrenable, que es una manifestación más de su conducta impulsiva.
Las habituales medidas de castigo, suelen ser ineficaces, al ser castigados tienen crisis de rabia como un efecto indirecto de su capacidad para tolerar frustraciones.
Es muy habitual que el modo de relación con los demás miembros de la familia sea el discutir y acusar a los demás de sus inconvenientes. Sus discusiones no les lleva a reflexionar sobre el significado y consecuencias de su conducta. Casi siempre a la conclusión que llegan es: Todo ha pasado por culpa de los otros, esto da a entender su poca capacidad para la introspección.