La educación cubana ha lo largo de su historia ha hecho suya esta idea, la formación de la personalidad del educando y con ello sus valores, constituyen condición esencial para enfrentar los retos que demanda la sociedad y en este sentido resulta valioso aprovechar las potencialidades de las actividades curriculares y extracurriculares que desarrolla la escuela, logrando que en el cumplimiento que los objetivos definidos rebasen lo plenamente instructivo y se centre en la formación integral del educando.
Desarrollo
Al incursionar en el estudio del trabajo educativo y su nexo indisoluble con la formación del hombre nuevo, es menester, acudir a la obra de los pedagogos cubanos, que brindaron importantes aportes en aras de delimitar el tipo de hombre que se pretendía formar, a partir de la concepción de la nacionalidad cubana: José Agustín Caballero, Félix Varela y Morales ,José de la Luz y Caballero, Enrique José Varona José Martí Pérez y otros pensadores y pedagogos de la etapa republicana constituyeron pilares de la educación en Cuba. En sus trabajos se revelan sus ideas de avanzada, relacionadas con la formación del hombre patriota revolucionario y humano que contribuyera a la construcción de una sociedad de progreso que le permitiera enfrentar desde una visión transformadora el esquematismo y el dogmatismo imperante en la época.
Luz y Caballero dio gran peso a la labor educativa en la escuela, enfatizó en la necesidad de desarrollar cualidades positivas en la personalidad, tanto a través del proceso de instrucción como mediante otras actividades que la escuela programe.” (Chávez, 2001, p 11).
La educación cubana ha lo largo de su historia ha hecho suya esta idea, la formación de la personalidad del educando y con ello sus valores, constituyen condición esencial para enfrentar los retos que demanda la sociedad y en este sentido resulta valioso aprovechar las potencialidades de las actividades curriculares y extracurriculares que desarrolla la escuela, logrando que en el cumplimiento que los objetivos definidos rebasen lo plenamente instructivo y se centre en la formación integral del educando.
Hacia los finales del siglo XIX se inscribe el legado pedagógico de Enrique José Varona y Pera, quien destacó que: “el maestro debía conocer bien todas las esferas de la vida individual y social de los estudiantes para poderlos educar con éxito (citado en, colectivo de autores, 1984, p.16).
A tono con las ideas anteriormente descritas, resultan valiosos los aportes de José Martí y Pérez quien considera necesario la educación para la vida con sentido práctico, lo que se pone de manifiesto al señalar:
…La educación ha de ir donde va la vida. Es insensato que la educación ocupe el único tiempo de preparación que tiene el hombre, en no prepararlo. La educación ha de dar los medios de resolver los problemas que la vida ha de presentar (citado en, López, 2004, p. 308).
Este planteamiento constituye un importante sustento en nuestro objeto de estudio, nos conduce a una aproximación de la pertinencia de un trabajo educativo que ponga en un primer plano la formación de valores, que dote a los educandos de los saberes que requiere el hombre para vivir en sociedad y enfrentar sus retos comprometidos socialmente con los intereses de la nación.
Resulta interesante en esta linea de pensamiento, detenernos en la definición martiana de educación donde se precisa que educar es:
…depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido, es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente; hasta el día en que vive; es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podría salir a flote; es preparar al hombre para la vida. (Martí, 1883, p. 249).
El planteamiento define magistralmente el rol de la educación en la formación del hombre, de este modo adquiere preeminencia en las palabras del maestro los siguientes argumentos:
-El hombre como portador y trasmisor de una cultura que lo dignifique como ser humano.
-Preparar implica: tender la mano, ayudar, guiar en pos del desarrollo personal- profesional y social del individuo.
- Educadores y educandos son sujetos activos en el proceso de formación.
-Se subraya la necesidad de preparar al hombre para enfrentar los desafíos de su tiempo como sujeto activo y transformador.
Interesante resulta el abordaje del tema por autores cubanos contemporáneos, cuyos antecedentes sientan su base en la pedagogía soviética. En este sentido el trabajo educativo se considera como:
…proceso complejo en el que interactúan diferentes factores, aspira materializar los ideales educativos de la sociedad en un individuo con características propias educativas de la sociedad, mediante un conjunto de actividades sociopolíticas dirigidas a influir en la formación de la personalidad (colectivo de autores, 1984, p. 165).
En la sistematización de estos estudios un colectivo de especialistas del MES, bajo la dirección del Instituto Central de Ciencias Pedagógica, (1984) destacan las formas fundamentales para organizar el trabajo educativo en la institución escolar y las particularidades que caracterizan a cada una de ellas, destacándose: (p.169).
-El trabajo educativo a través del proceso docente.
-El trabajo educativo mediante las actividades extradocentes y extraescolares.
-El trabajo educativo que realizan las organizaciones estudiantiles.
-El trabajo educativo con el medio que rodea al estudiante.
Resulta interesante en este análisis, considerar que la labor educativa no se hace de manera espontánea, debe poseer un carácter científico y desarrollarse con dinamismo y flexibilidad, pensada, concebida y materializada en un conjunto de actividades y acciones, caracterizadas por el protagonismo estudiantil ( Alegret.V, 2001).
Otro criterio valioso en torno al problema que nos ocupa consiste en considerar: “el trabajo educativo como trabajo pedagógico caracterizado como proceso interactivo e intersubjetivo (relaciones interpersonales directas) que no podrán ser sustituidas por la tecnología” (Chacón.N, 2002, p26).
En esta linea de pensamiento consideramos importante, retomar lo expresado por Báxter. E, (2002), al expresar que:
…El trabajo educativo comprende la formación de hábitos y la asimilación de normas de conducta, sentimientos, cualidades, actitudes, de conceptos morales, de valores, principios y convicciones de modo que el niño y el joven participen consecuentemente en el desarrollo del proceso histórico social, de forma activa y creadora.” (p. 163).
Al analizar las particularidades del trabajo educativo en la institución escolar apreciamos como regularidad en los autores consultados las siguientes:
- Papel primordial del colectivo en el crecimiento personal y social del educando.
- El estudiante como centro del trabajo educativo.
- La articulación entre lo humano, lo axiológico y lo ético como fundamentos de dicho trabajo.
- La formación de valores como factor fundamental de crecimiento y parte orgánica esencial del trabajo educativo.
- El ejemplo personal del profesor, la perseverancia, liderazgo y capacidad para orientar y conducir al estudiante en su formación profesional – social.
- La intencionalidad de las acciones educativas como condición esencial en las estrategias educativas.