Ante el aumento de los niños y adolescentes consentidos se considera imprescindible optar por un nuevo planteamiento de interacción vital en el ámbito familiar, y evitar trasladar esta responsabilidad a profesionales externos. No se ha de esperar a establecer límites y pautas, ha de ser una tarea inherente al hecho de ser padres y ha de estar fundamentada sobre unos pilares básicos de firmeza, respeto y estimación.
IMPLICACIONES EDUCATIVAS
Cuando el patrón de conducta aprendida en el ámbito familiar se traslada al aula, el niño espera que la respuesta de los adultos será la misma que ha recibido en casa. La competencia entre los compañeros de la misma edad por atraer la atención adulta agrava la actitud.
A nivel conductual se observan básicamente las llamadas de atención que pueden ser de diferentes tipos como hacer tonterías, no escuchar, no hacer caso, rabietas, agresividad, entre otros, si no puede conseguir lo que quiere. A nivel cognitivo, en los niños que han aprendido a recibir lo que ellos demandan, que con exigencia obtienen todo lo que desean, no pueden establecer una causalidad entre dar y recibir, entre lo que es correcto y lo que es incorrecto. Exteriorizan una negación ante el hecho de ser enseñados. El hecho de aprender se convierte en un motivo más de dominio de los adultos.
El Dr. Joan Corbella escribía lo siguiente en el año 1993: “Cada vez hay más padres que hacen los deberes a sus hijos, que procuran facilitarles la vida al máximo y les evitan todo tipo de conflicto o de frustración. Difícilmente se conseguirá un buen resultado educativo con esta actitud respecto a los hijos. Por el contrario, quien durante la infancia no hayan podido aprender a vivir situaciones frustrantes, podrán sufrir conflictos psíquicos en su madurez”.
El sistema educativo complementa y compensa pero no puede suplir la labor educativa que han de hacer los padres.
ESTRATEGIAS NECESARIAS
De manera vital se hace necesaria una modificación en la interacción filio-parental y poner en marcha un nuevo planteamiento:
Establecer la palabra “NO”, sin tener miedo de les reacciones de los infantes. Se pueden modificar las conductas no adecuadas.
Comunicar de manera explícita la conducta apropiada que se espera del menor.
Establecer unas pautas claras, concisas y adecuadas a la persona y a la circunstancia. Y ser constantes.
Evitar recompensas para evitar o calmar una rabieta.
Valorar y reforzar la actitud correcta.
Mantener un tono de voz suave, calmado y conciso. Los gritos no educan, aumentan y favorecen la conducta inadecuada.
Educar en el esfuerzo sin dar a entender que todo es fácil. Si se da una respuesta inmediata a la demanda y de forma constante, se genera frustración y un incremento de los deseos.
Ofrecer autonomía en la resolución de los hechos cotidianos.
Ayudar en el desarrollo de la aceptación del error.
Evitar exponer a los niños en todas las decisiones y actividades de los adultos. Respetar su infancia.
Fomentar una relación emocional estable.
Asignar una significación positiva frente el estrés o los problemas vitales.
Respetar los momentos personales de cada miembro familiar.
Compartir momentos de calidad y bienestar.
CONCLUSIONES
Ante el aumento de los niños y adolescentes consentidos se considera imprescindible optar por un nuevo planteamiento de interacción vital en el ámbito familiar, y evitar trasladar esta responsabilidad a profesionales externos. Contar con estrategias para crear un mejor vínculo emocional y disfrutar del hecho de educar. La mejora del entorno familiar repercute en todas las esferas de la vida cotidiana. No se ha de esperar a establecer límites y pautas, ha de ser una tarea inherente al hecho de ser padres y ha de estar fundamentada sobre unos pilares básicos de firmeza, respeto y estimación.
Referencias
BANDERA, A. (2010): Pequeños tiranos. Cómo lograr que tus hijos pasen de ser niños desobedientes a adolescentes responsables. Editorial Timun.
DURÁN, A. et. Col (2004): Manual escuela de padres. Editorial FEPAD. Valencia.
MARDOMINGO, M.J. (2000/1): Cuadernos de Bioética, Problemas de conducta y violencia ambiental.
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OBERST, U. (2010): El trastorn del nen consentit. Editorial Pagés.
WINTERHOFF, M. (2011) : Enfants tyrans, non à la capitulation ! : Reprendre le contrôle de la relation ! Ixelles
URRA, J. (2006): El pequeño dictador: Cuando los padres son las víctimas. Del niño consentido al adolescente agresivo. Editorial La esfera de los libros