Cuando los niños disléxicos son referidos para la evaluación de desórdenes de proceso auditivos, el Fonoaudiologo utilizará probablemente una batería de las pruebas que utilizan estímulos auditivos simples tales como tonos, los tecleos, y las explosiones de ruido, y los estímulos complejos.
Esto nos ha ayudado a entender mecanismos periféricos y a un cierto grado, mecanismos centrales implicados en el proceso auditivo, especialmente dentro del cerebro más bajo. No obstante, información con respecto cómo los estímulos y el discurso acústicos complejos de los procesos del cerebro, no se entiende todavía suficientemente para que el el Fonoaudiologo encuentre mediante una evaluación un déficit perceptivo auditivo específico cuando el proceso auditivo analiza en el cerebro y otras localizaciones centrales.
El déficit podría ocurrir en muchos puntos a lo largo del sistema auditivo ascendente o podría ser el resultado de la falta de la información auditiva de integrar con la información que llegaba con otras modalidades sensoriales.
El despertar, la atención, la cognición y otros factores obran recíprocamente con la entrada de información auditiva y esos factores se deben ' filtrar idealmente hacia fuera ', para permitir que se distingan el componente auditivo del déficit y sea aislado y del otro déficit no-auditivo. Un número de pruebas audiológicas demostraron sensibilidad a los desórdenes nerviosos del sistema auditivo central.
La mayoría fueron desarrolladas en los ajustes médicos donde fueron utilizadas para demostrar un déficit funcional en pacientes con las lesiones sabidas dentro del sistema auditivo. Inversamente, la asunción fue hecha a menudo que las personas sin las lesiones sabidas que demostraban el mismo tipo de déficit funcional, posiblemente evidenciaban un desorden dentro del sistema auditivo central.
La mayoría de las pruebas se centraron en lesiones sabidas en los lóbulos temporales de la corteza o el cerebro más bajo, obteniéndose que una gran parte del sistema nervioso auditivo central entendía mal. Cuando los niños disléxicos son referidos para la evaluación de desórdenes de proceso auditivos, el Fonoaudiologo utilizará probablemente una batería de las pruebas que utilizan estímulos auditivos simples tales como tonos, los tecleos, y las explosiones de ruido, y los estímulos complejos.
Sin embargo, los Fonoaudiologos debemos estar enterados de un número de consideraciones importantes referentes a la evaluación de los niños disléxicos para APDs. Un historial médico completo para tratar los factores no-auditivos que pueden contribuir a APDs tal como complicaciones en el nacimiento o el desarrollo temprano, combates frecuentes de los medios del otitis, cualquier tipo de desorden neurológico o lesiones en la cabeza, es obligatorio.
Antes de la primera reunión, los padres y los profesores deben suministrar infamación de ayuda que describa las capacidades auditivas y el déficit del niño. Las copias de todas las evaluaciones anteriores, especialmente ésas hechas por los Fonoaudiologos, los neuropsicologos, leyendo a los especialistas y a otras personas que han determinado el desorden del niño se deben poner a disposición del Fonoaudiologo .
Las quejas típicas incluyen las habilidades de escucha pobre, distractibilidad fácil, inhabilidad de aprender o de decir nuevas palabras al leer. De acuerdo con los síntomas contorneados y documentados arriba, el Fonoaudiologo debe iniciar una batería de las pruebas diseñadas para determinar el déficit auditivo específico descrito. Sería provechoso saber cómo el diagnostico de la dislexia fue hecho y si caracterizan al niño como un disléxico fonologico o profundo o con una dislexia superficial
A el disléxico fonológico le es más probable tener problemas con palabras o las no-palabras desconocedoras y el diagnostico se basa generalmente en degradación de las prestaciones en pruebas estandardizadas de la fonología y funcionamiento normal en pruebas estandardizadas de la comprensión de la lectura.