Dislexia: “un trastorno de aprendizaje específico de origen neurobiológico, caracterizado por los problemas de precisión y/o fluidez en el reconocimiento de palabras y por las dificultades en el deletreo y en la codificación. La causa de estas dificultades se encuentra en un déficit del componente fonológico y no tiene relación ni es esperado en función de sus capacidades cognitivas, oportunidades educativas y nivel de instrucción”.
Podemos encontrar varias definiciones de Dislexia, según el organismo o autor, y todas ellas pueden ser válidas. Así, por ejemplo, encontramos la definición de M. Thomson: “la dislexia es una grave dificultad con la forma escrita del lenguaje, que es independiente de cualquier causa intelectual, cultural y emocional”. Por otro lado, según la Asociación Internacional de Dislexia, se trata de “un trastorno de aprendizaje específico de origen neurobiológico, caracterizado por los problemas de precisión y/o fluidez en el reconocimiento de palabras y por las dificultades en el deletreo y en la codificación. La causa de estas dificultades se encuentra en un déficit del componente fonológico y no tiene relación ni es esperado en función de sus capacidades cognitivas, oportunidades educativas y nivel de instrucción”.
Por tanto, podríamos decir que la Dislexia es un trastorno que se caracteriza por un rendimiento lector muy inferior al esperado por edad, y que no se relaciona con ningún causante como podría ser: déficit cognitivo, daño neurológico, falta de estimulación y/o escolarización, etcétera. Los datos oficiales dicen que afecta a más del 4% de la población española, aún así, hay algunos estudios que elevan ese porcentaje hasta un 15% del total del alumnado y población adulta, pudiendo así convertir la Dislexia en un cajón desastre donde entran todos aquellos problemas o dificultades de lectura sin tener en cuenta los factores que pudieran desencadenarlos.
Las características y rasgos de la persona con Dislexia difieren de unos a otros y dependen básicamente del tipo de Dislexia y/o proceso afectado. En cualquier caso, los rasgos más característicos de los alumnos disléxicos son:
- Dificultades para decodificar la palabra escrita, cometiendo errores de inversión, sustitución, adición u omisión de letras.
- Dificultades para la conversión grafema-fonema (ausencia de conciencia fonológica), confundiendo los grafemas y asociándolos con fonemas por similitud en el punto articulatorio, por sonido parecido (falta de discriminación auditiva) o por escritura similar con diferencias de orientación. Ejemplos: leer “cato” en lugar de gato, “gañeta” en lugar de galleta, “bos” por dos, etc.
- Saltos de línea al seguir la lectura.
- Baja velocidad lectora.
- Ritmo lento y monótono.
- Ausencia o errores en la interpretación de los signos de puntuación.
- Dificultades para la comprensión del mensaje escrito.
Estos rasgos son los más representativos, pero según el caso podrían existir otros no mencionados aquí.
La presencia de varios de estos rasgos nos estaría indicando la existencia de un problema, pero habría que diferenciarlo de una dificultad evolutiva, es decir, pasajera, que podría aparecer al inicio del aprendizaje lector y que sería temporal hasta su adquisición correcta.
Es importante decir que cuando un alumno está iniciando el aprendizaje lectoescritor (4-5 años de edad) es normal que comentan errores, como por ejemplo la escritura en espejo tanto de números como de letras. Esto no estaría indicando la presencia de Dislexia, probablemente esté sólo indicando una dificultad pasajera en la adquisición, y que terminará adquiriéndose correctamente. Si el error persistiera hasta los 6 años o se acompañase de otros rasgos importantes, sería conveniente consultar a un especialista.