Según el modelo DIR, el nivel de Desarrollo del niño/a va a estar influenciado por las diferencias Individuales de cada niño/a, los patrones familiares y ambientales en torno al niño/a y el tipo de Relaciones o interacción que el niño/a establece con sus padres o cuidadores significativos.
El Modelo DIR
Sobre la base de esta teoría, en que la pieza clave para impulsar el desarrollo infantil es el afecto o la habilidad de conectar el afecto con una conducta comunicativa, que exprese las emociones, deseos o intenciones del niño/a, Stanley Greenspan desarrolla el “modelo DIR” para promover un óptimo desarrollo infantil. Las siglas del modelo DIR representan 3 componentes claves a considerar para poder entender y promover desarrollo infantil:
D (Desarrollo): Consiste en entender la etapa de Desarrollo socio-emocional o “funcional” en que se encuentra el niño/a
I (Individualidad): Consiste en entender las diferencias Individuales que cada niño aporta al momento de interactuar
R (Relaciones): Consiste en entender los patrones Relacionales que afectan la interacción del niño/a con sus padres o cuidadores significativos, aspecto que juega un rol clave para tener oportunidades de organizar los instrumentos del desarrollo al servicio de conductas comunicativas cada vez más complejas.
Según el modelo DIR, el nivel de Desarrollo del niño/a va a estar influenciado por las diferencias Individuales de cada niño/a, los patrones familiares y ambientales en torno al niño/a y el tipo de Relaciones o interacción que el niño/a establece con sus padres o cuidadores significativos. La figura 1 muestra un esquema representando como las diferencias Individuales y Relacionales afectan las experiencias emocionales tempranas que a su vez influyen en la adquisición progresiva de etapas funcionales del Desarrollo Socio-emocional.
1) Diferencias Individuales
Este componente busca describir y entender en detalle las múltiples diferencias de cada niño/a (individuo) que influirán en su estilo de interactuar así cómo entender sus fortalezas y debilidades que afectarán el proceso de aprendizaje. Las diferencias individuales pueden organizarse a tres niveles: a) registro de la información, b) procesamiento de la información, y c) respuesta atingente a la información recibida.
Registro de la información: Tradicionalmente se ha colocado énfasis en los canales sensoriales clásicos para el registro de la información: visión, audición, táctil, gustativo y olfativo, con menos énfasis en otros canales igualmente importantes, como el vestibular y el propioceptivo (registra información con relación a movimientos en el espacio, esquema corporal y respuestas posturales5). El tipo de información que el niño/a ingrese por todos o algunos de estos distintos canales sensoriales afectará el procesamiento de dicha información. Cuando el niño/ tiene una clara alteración en algunos de estos canales sensoriales (ej sordera o ceguera) es evidente para los terapeutas la dificultad de ingresar información por dicho canal y se buscan canales alternativos. Sin embargo en muchos niños con necesidades especiales la evidencia de cómo registran la información por estos canales sensoriales no es tan clara y existe una gama de combinaciones de diferencias individuales en el registro en cada uno de estos canales.
En niños con necesidades especiales no basta con descartar trastornos en la agudeza visual o auditiva (ej ceguera, miopía, astigmatismo, alteraciones del campo visual, sordera, o hipo-acusia). Muchos de ellos presentan variaciones individuales. Algunos niños/as registran demasiada información (“hiper-reactividad sensorial) o registran muy poca información (hipo-reactividad sensorial), o combinaciones de ambos, presentando grandes dificultades en modular la información que reciben. Algunos niños/as estarán hiper-alertas al medio ambiente y reaccionarán con desagrado a estímulos sensoriales mínimos (ej. Ruidos, tacto, olores, movimientos en el espacio, imágenes visuales), tendiendo a aislarse o alejarse de dichos estímulos. Otros niños presentarán un estado de alerta bajo, mostrando hipo-reactividad a estímulos sensoriales mínimos, y necesitando un nivel de estimulo mas alto para poder registrar dicha información. Muchos niños presentarán patrones mixtos de reactividad sensorial, que variará para cada canal. Entender el perfil individual de cada niño, por cada canal sensorial es esencial para entender como procesará la información por dicho canal y la respuesta socio-emocional y conductual que de a dicha información. Por ejemplo, un niño/a puede presentar hiper-reactividad táctil, sentir un profundo desagrado al tocar ciertas texturas ofrecidas en la educación pre-escolar (ej plasticina, goma de pegar) y negarse a trabajar con ellas, lo cual puede ser malinterpretado como una conducta oposicionista-desafiante al no entender el perfil sensorial del niño/a al cual el o ella esta reaccionando como mecanismo de protección.