Un niño que descubre el autoestímulo siendo pequeño, en el futuro sabrá él mismo hacer interesante su actividad en las diferentes situaciones de la vida, obteniendo el máximo provecho y, lo más importante, será feliz.
Es importante, por tanto, sintonizar la unidad de inteligencia práctica-lógica-racional con la inteligencia emocional-intuitiva y así obtener una inteligencia integrada, enriquecida con la experiencia interior vivida en el proceso.
La pedagoga Elizabeth Fodor argumenta la importancia de descubrir el autoestímulo desde pequeños.
Un niño que descubre el autoestímulo siendo pequeño, en el futuro sabrá él mismo hacer interesante su actividad en las diferentes situaciones de la vida, obteniendo el máximo provecho y, lo más importante, será feliz.
El autoestímulo del niño se forma viviendo en un ambiente sensorial estimulante, que despierte su curiosidad general; en especial la lingüística, así se le inculca el interés por aprender de una manera divertida y amena.
¿Cómo?
- Tomando conciencia los padres de las necesidades intelectuales del niño pequeño en una relación paterno-filial amorosa.
- Intentando fomentar la empatía con sus semejantes.
- Dándole la oportunidad de compartir experiencias en grupos de juego con otros niños de su edad y en compañía de sus padres.
Así los niños se beneficiarán desarrollando al máximo sus cualidades innatas para actuar a través de una conducta inteligente: saber pensar y tener sentido común.
Crecer en la tolerancia y convivencia, todo ello enfocado a la prevención del fracaso escolar y la violencia infantil.
En próximos artículos detallaremos los aspectos importantes que es conveniente trabajar desde la cuna para el desarrollo de una inteligencia integrada: la importancia de la evolución de la posición de la mano, la importancia del desarrollo de la percepción visoespacial, la capacidad de concentración y la atención sostenida, etc.