Todo trabajo de rehabilitación del niño discapacitado supone una estrategia de “triangulación”.- Esto significa la actuación en forma conjunta de tres vértices, dos de los cuales serán los puntos de apoyo del tercero.-

El vértice superior está ocupado por el niño discapacitado, y es hacia él a donde estarán las miradas de la rehabilitación.- Los dos vértices inferiores corresponden a la familia del niño y al equipo que realizara la labor conjunta.- Tanto familia como equipo ocupan los vértices de base, ya que sin ellos la terapia sería imposible.- Familia y equipo forman la base que sustenta a ese niño que inicia la terapia.- Y el vértice superior – niño – no se caerá, en tanto los otros dos mantengan la misma fuerza desde el comienzo hasta el final del trabajo, realizando acuerdos de estrategias, búsqueda de recursos, compromisos de acción, cambios ajustados a un programa flexible, siempre desde la RESILIENCIA: capacidad de adaptarse a la adversidad y salir fortalecido de ella.-

Es de suma importancia el trabajo mancomunado de la familia y el equipo.- Es sabido que las debilidades de uno de éstos vértices, arrastrará a las fortalezas del otro, lo cual implica que el vértice superior NIÑO se verá desatendido en algún aspecto.- Y a su vez, el niño debe integrarse a la labor para complementar la triangulación, aceptando las normas de trabajo, proponiendo ideas propias (según la edad) concurriendo de buen humor a la tarea, con iniciativas creativas.-

En este marco, creo conveniente plantear el siguiente debate: “¿qué entendemos cuando hablamos de dar respuesta a la diversidad en la rehabilitación?”

Desde mi labor terapéutica, entiendo que todo el accionar tiene que estar enmarcado en los Principios de :

_ Igualdad: se deben ofrecer las mismas oportunidades a todos.-
_ Equidad: cada persona tiene sus necesidades y el derecho a que se respeten sus características individuales.-

Entiendo que no se trata solo, ni principalmente, de niños que “tienen” menos a los que hay que darles más, sino de niños “distintos” a los que hay que tratar de modo diferente.-

Para que la triangulación resulte práctica como forma de trabajo, todos los actuantes debemos pensar que la “atención de la diversidad” implica:

- La aceptación de la existencia de diferentes historias y de diferentes contextos de vida.-
- El reconocimiento de diferentes motivaciones, intereses, actitudes y expectativas frente al objeto de conocimiento.-
- La toma de conciencia de la existencia de diferentes puntos de partida en la construcción de los aprendizajes debido a actitudes, conocimientos e ideas previas de cada niño.-
- La admisión de la presencia de diferentes estilos, ritmos, competencias y contextos de aprendizajes – incluido el escolar.-

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