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La oportunidad de vuestro hijo (parte II)

Juan Carlos Calvo | 1/06/2004
Pero que son los audífonos.

A finales del siglo pasado algunas mentes inquietas pretendieron resolver los efectos por los cuales algunas personas no oían, eran las trompetillas y otros pertrechos de las que en alguna ocasión os han hablado.

Absoluta y afortunadamente nada tienen que ver con por lo que hoy podemos optar. Ni siquiera mentes tan ilustres, como el precursor del audífono Alexandre Graham Bell, pudieron imaginar.

protesis

Ya sabemos que no acabáis de integrar muy bien esto de las prótesis. Con el tiempo que todo lo cura, bueno, a veces casi todo, iréis asimilando todas y cada una de las inquietudes que ahora os socavan.

audifono antiguo

Estas fotografías que os mostramos son, afortunadamente, de hace algunas decenas de años.

Hoy en día los audífonos constan de un sofisticado procesador del que poco más os vamos a contar que no sea que hace las mismas operaciones que el ordenador de papá.

De no tantas décadas es el siguiente que os mostramos a continuación

audifono antiguo


Los moldes

Analizaremos el pabellón y el conducto auditivo para adaptar un molde a su medida que será de un material acrílico higiénico y antialérgico que hará de conductor del sonido hacia su oído. Constará, además de este canal más grueso, otro que, a ser posible ubicaremos y que servirá para ventilar el oído.

Los primeros días es posible que debáis humedecerlo, con dos gotas de agua en vuestros dedos, antes de colocarlo.

audifono antiguo

Os pediremos que al menos una vez a la semana separéis este molde del audífono y lo lavéis con agua, siempre templada, y un poco de jabón neutro. No uséis productos de limpieza, alcoholes ni disolventes. Secarlo con un pañuelo de papel y extraer el agua, que con toda seguridad, habrá quedado en el interior de ambos conductos.

El tubito de plástico que hayáis desprendido del audífono conviene reemplazarlo en las visitas que posteriormente nos hagáis.

Las pilas

Hace no mucho las pilas que suministrábamos eran las llamadas de mercurio, y que siempre os preveíamos que no fueran ingeridas por el pequeño. Hoy en día las pilas que utilizan los audífonos son de Zinc-Aire, menos tóxicas aunque debemos, igualmente, preveniros, para que mostréis precaución y las dejéis fuera de la vista, y de la curiosidad de vuestro pequeño.

Curiosidad que sí que conviene potenciar es la de mostrarle los audífonos y colocarlos ante su vista a la hora de ponérselos. Probar frente a un espejo, será mucho más práctico. Si ya tenéis algún otro pequeño conviene que le hagáis entender lo antes posible la utilidad de los audífonos de su hermano.

Dentro de poco tiempo, seguramente, deberéis implicar a vuestro hijo de la atención que deberá prestar a sus propias prótesis, le enseñareis cuándo hay pila y cuándo no. Poco a poco, bajo vuestra supervisión, aprenderá a colocarse los moldes. Alrededor de los seis años se mostrará completamente autónomo, será él quién cuidará de sus audífonos.


¿Hablará? ¿oirá?

Con toda seguridad habréis inquirido a la logopeda si vuestro hijo hablará; sin duda ya os habrá expuesto cómo debéis comunicaros con el pequeño, cuál debe ser vuestra actuación respecto a sus hábitos de conducta, cómo anticipar; siempre mediante el juego.

Vuestro escepticismo, respecto a la expresión oral de vuestro hijo -mucho nos tememos- está haciendo mella -mucho nos tememos también- seréis vosotros quiénes poco a poco iréis eliminando dichos recelos.

Dentro de vuestro conflicto personal sabemos que os planteáis numerosos interrogantes sobre el porvenir de vuestro crío, poco os vamos a señalar en esta pequeña publicación por no venir al caso, aunque gustosamente intentaremos resolver cada una de las cuestiones que nos plantéis.

Sí nos va a corresponder facilitaros información de la forma que vuestro hijo va a oír: antes y después de la adaptación de sus prótesis. Para ello vamos a necesitar de vuestro compromiso.

Vosotros nos hablaréis de sus respuestas al timbre de casa, teléfono, sonajero, juguetes sonoros, etc.

Observar bien.

Queremos que nos digáis qué actitud manifiesta ante los nuevos sonidos que les vais a ofrecer a partir de ahora.


¿Qué oye nuestro hijo? ¿Cómo lo hace?

Vamos a resumir en unas líneas este planteamiento que difícilmente se ha resuelto en varios, amplios y tortuosos ensayos sobre la audición en el niño.

Nosotros nos vamos a basar en los –restos- de vuestro hijo. Ahora vosotros os cuestionareis –restos de qué- Es cierto, deberéis perdonarnos si a vosotros ya os lo hemos expresado de esta forma.

-Restos- es la cantidad y calidad de audición de vuestro hijo sin audífonos.

Ahora sí que nos permitiréis continuar en esa línea de acepciones.

En numerosas publicaciones por las que a partir de ahora os interesaréis lo definen de la siguiente manera.

Audición normal entre 0 y 20. El primer rectángulo.
Pérdida Ligera. Entre 20 y 40. Cuando su curva audiométrica se encuentra entre los límites del segundo rectángulo.
Pérdida media. Entre 40 y 70. Entre el tercer rectángulo.
Pérdida Severa entre 70 y 90. Entre los límites de la cuarta figura.
Pérdida Profunda más de 90. Quinto rectángulo.

La repercusión, es evidente, que será mayor cuanto más inferior sea la media de su curva audiométrica. El pronostico será menos favorable a medida que su curva se aproxime al margen inferior y más dificultosa será la respuesta.

Clasificación de pérdidas auditivas
Clasificación de pérdidas auditivas



No olvidéis que esas respuestas van a depender, naturalmente, de su cantidad y calidad de audición que hasta ahora poseía. Pero también de otros valores, como será la eficacia de vuestra actitud hacia la criatura y las cualidades personales del pequeño.

De esto último dependerá la actitud que muestre con sus prótesis a la hora de su adaptación: que puede ser tanto de indiferencia, como de satisfacción.

Hemos comprobado que ambas actitudes se tornan benévolas a lo largo de algunos meses.

Las respuestas con los audífonos pueden no necesariamente, deberán efectuarse de manera instantánea, un cambio brusco. También puede realizarse mediante una aclimatación progresiva a medida que vaya descubriendo y asimilando experiencias auditivas.

Podéis estar seguros que en todos los casos los audífonos le permitirán distinguir el sonido del silencio, así como otras apreciaciones neurolingüísticas, psicológicas, etc.


Recomendaciones

El audífono, al igual que todo lo que a vuestro hijo pertenece, debe ser tratado con esmero y debe estar sujeto a cuidados especiales, pero de esos no os preocupéis, lo realizaremos nosotros en regulares y posteriores visitas que nos hagáis. Sí que conviene tener ciertas precauciones que os vamos a narrar de una forma resumida.

Naturalmente deberéis tener cuidado que no sufran caídas que pudieran ocasionar roturas y averías.

Es posible que poseáis algún animal de compañía, procurar que el perro, peor todavía: el gato, intente hacer uso de ellos.

Ya sabéis que la adaptación de vuestro hijo está individualizada, en ningún caso hagáis uso de audífonos que hayan poseído los mayores de la casa dado que en ningún caso los reglajes serán similares.

A la hora del baño. Recordar a aquel que se lavaba la cara con las gafas puestas: es la costumbre. Será un buen momento de comprobar su estado, eso sí fuera del baño, recordar la necesidad de un ambiente seco.

Si habéis aprovechado para limpiar los moldes recordar secarlos, preferentemente con toallitas de papel.

Anteriormente os recordamos las precauciones que habréis de tener sobre las pilas, además deberán conservarse en lugares frescos y poco húmedos, nunca mojarlas, para evitar su desgaste


La llegada del verano es un buen momento para salir con vuestro hijo, y ofrecerles experiencias de todo tipo. La playa es un buen lugar, a pesar que deberéis desprenderle de sus audífonos también servirá para oxigenar sus conductos con la salinidad del agua del mar. Evitar que en todo momento las altas temperaturas ocasionen desperfectos en los circuitos e instrumentos del audífono, para ello deberéis protegerlo de los rayos solares y las altas temperaturas.

No intentéis, en ningún caso, componer algún desperfecto, con toda seguridad ocasionareis varios;

dejar que nuestros técnicos lo hagan por vosotros.


Por último, recordaros, que en periodos en que los audífonos no sean usados, deberéis dejarlos en un lugar seguro, y a buen recaudo.


De aquí en adelante

Pensar que vuestro hijo tiene toda una vida de aprendizaje y en su desarrollo personal deberéis potenciar sus habilidades. No limitéis a priori sus posibilidades simplemente porque no pueda oír como sus compañeros de guardería, de escuela, y algunos años más tarde, ya veréis, del instituto.

Solicitarnos, si así lo deseáis, que os pongamos en contacto con asociaciones de padres con quién pudierais compatibilizar y canalizar vuestra intranquilidad.

Os informaremos sobre los recursos y becas de ayudas que os ofrecen diferentes administraciones.

Cuando vuestro hijo vaya creciendo os iremos orientando sobre las diferentes alternativas que sobre ayudas técnicas pueden disponer según su edad.

Por fin extenderos, desde aquí nuestra confianza en que los progresos de vuestro hijo, aunque más lentos de lo que deseáis, se irán produciendo como desearon en su día tantos padres, como ahora sois vosotros, de niños que no oyen.
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