Se considera bilingüe a la persona que conoce y usa dos lenguas. Nosotros vamos a asumir en nuestro estudio el concepto de bilingüe en el sentido de persona que habla, lee y comprende dos lenguas igual de bien. Algunos llaman a estos bilingües equilibrados (Richards, 1997).
El 90% de los niños sordos (por tener padres oyentes) no adquieren la lengua de señas, sino hasta su escolarización y desarrollan “señas caseras”, es decir que tienen una “lengua de señas privada”. El desarrollo de la adquisición lingüística de estos niños con señas caseras, es similar al de los niños que adquieren una lengua convencional.
Por lo antes expuesto, podemos decir que el dispositivo de adquisición
lingüística es el responsable de la adquisición de la primera lengua y permite que crezca la gramática y que la mente reconozca y analice morfemas de la lengua a la que se está expuesto.
Todo lo visto hasta aquí se refiere a personas monolingües, pero ahora
vamos a hablar sobre los bilingües y el bilingüismo.
Se considera bilingüe a la persona que conoce y usa dos lenguas. Nosotros vamos a asumir en nuestro estudio el concepto de bilingüe en el sentido de persona que habla, lee y comprende dos lenguas igual de bien. Algunos llaman a estos bilingües equilibrados (Richards, 1997).
En el mundo hay mayor cantidad de bilingües que de monolingües
puesto que existe mayor cantidad de lenguas que países. Un ejemplo es el Perú donde en la actualidad, hay aproximadamente 48 lenguas. La tendencia actualmente, en el mundo es a manejar más de una lengua. Y si bien es cierto que, hay muchas lenguas que están desapareciendo o ya han desaparecido; hay una tipo de lengua que nunca morirá: las lenguas de señas usadas por los sordos de los diferentes países del mundo.
Para lograr que una persona sea bilingüe, lo mejor es proveerle lo más
tempranamente de un ambiente donde se usen dos lenguas. En el caso de los sordos esto es un poco complicado, puesto que sólo un pequeño porcentaje tiene familiares cercanos sordos con los cuales aprender la lengua de señas de su país. La mayoría de los sordos están “expuestos” a la lengua oral, pero su incapacidad auditiva hace que esa exposición sea sólo visual. La exposición visual es suficiente para aprender una lengua visuomanual (lengua de señas), pero no una lengua audio-verbal (lengua oral).
Para poder formar parte de la sociedad, los niños sordos necesitan
aprender la lengua oral, pero para reconocerse como sordos y valorarse mejor, es necesario que aprendan la lengua de señas.
Aprender dos lenguas no confunde a los niños ni disminuye su
inteligencia. De hecho, según algunos autores, los niños bilingües parecen ser más inteligentes, pues el hecho de pasar de un código a otro en su mente, les ayuda a pensar de una manera tal que la información inútil es descartada. (Foreman, 2002). Se dice que realizan mejor ciertas actividades cognitivas (Petitto et al, 2004)
Está probado que un niño puede aprender dos lenguas a la vez, de
manera apropiada. El requisito es crecer en un ambiente que estimule su capacidad lingüística. Sin estímulos se puede tener problemas hasta para aprender una sola lengua. En gran medida, ese es el problema de las personas sordas de nuestro país: no contar con estímulos necesarios para el aprendizaje.
Un niño que aprende dos lenguas, no necesariamente se siente en un
punto medio de las dos culturas de las que forma parte. Se puede pertenecer a dos culturas, sin problemas, siempre que esas dos culturas no estén en situación de conflicto. En el caso de los sordos es necesario pertenecer a su cultura sorda y a la cultura de su país, mayoritariamente oyente.
Los verdaderos bilingües en ocasiones pueden tener confusiones entre
las lenguas que utilizan. A veces el problema no es en verdad una confusión, sino la incapacidad de separar las lenguas. Esto se produce en las lenguas orales y creemos que también acontece con las lenguas de señas.
Aprender una lengua a una edad temprana es mejor que aprenderla en la adultez, sin embargo, se puede ser bilingüe aun después de la infancia. Hay muchos sordos que han estudiado en colegios Oralistas y que han aprendido la lengua de señas en la adultez: sin embargo, son usuarios competentes de esta lengua. (Marchesi, 1991)