Junto a la eliminación del proceso supurativo la cirugía del oído crónico busca restaurar la audición. La vía de abordaje y la técnica del injerto dependen de la patología existente y del plan quirúrgico previsto. El tratamiento de la mastoides así como la implementación de técnicas abiertas o cerradas se correlacionan con metodologías elaboradas y sistematizadas a través del tiempo.
Cavidades pequeñas con conductos amplios aseguran la autolimpieza. La interrupción de cadena es frecuente en el colesteatoma y en procesos de larga evolución. Los materiales autólogos siguen siendo la primer opción en la reconstrucción. Se observaron reperforaciones en un 14 % de los 247 casos operados en los últimos años a los que se pudo hacer el seguimiento mínimo de 3 años exigible para evaluar resultados. En otitis crónica simple el 85 % tenía cadena conservada y el 77 % de ellos quedó con un gap menor de 20 dB, con 2.5 % de empeoramiento auditivo.
Por la misma patología con cadena interrumpida en el 79 % persistió un gap menor de 30 dB y el 45 % menor de 20 dB. No hay diferencias significativas con el colesteatoma: el 41.5 % quedó con un gap menor a 20 dB, pero en esta patología debido a la peor audición prequirúrgica el número de casos que conserva sobre los que mejora la audición es superior al hallado en la otitis crónica simple. Aproximadamente 1000 oídos operados por otitis crónica han permitido fijar pautas y protocolos a los que se ajusta hoy el tratamiento quirúrgico, sin embargo a pesar del tiempo transcurrido los avances logrados parecen aún insuficientes analizados comparativamente con anteriores comunicaciones.
Desarrollo
El objetivo quirúrgico es: erradicación de la enfermedad, restauración de la aereación timpánica, reconstrucción de la transmisión del sonido, creación de una cavidad seca y autolimpiante.
En niños “puede” operarse pero no necesariamente “debe” operarse; es una contraindicación la disfunción tubaria evidente. Los colesteatomas son quirúrgicos a partir del momento mismo en que son diagnosticados.
Vías de abordaje.
La vía endaural es una excelente técnica para pequeñas perforaciones traumáticas pero tiene pocas indicaciones en la otitis crónica. La vía endopreauricular tiene su indicación en perforaciones que dejan un buen margen anterior, mucosa de caja normal y no se requiere mastoidectomía. La vía retroauricular es utilizada si el margen anterior no es bien visible, la pared anterior del conducto es procedente y ante el requerimiento de mastoidectomía. Las vías de abordaje han estado sometidas a las “modas”: en la década del 70 en un reporte de 340 oídos crónicos se utilizó la vía endopreauricular en 41 de los 98 casos de colesteatoma u otitis epidermizante; este “exceso de confianza” debe ser considerado hoy un error de indicación; de los últimos 66 colesteatomas / epidermizantes sólo en un bolsillo de retracción se utilizó la vía endopreauricular.