En este artículo, exploro la importancia de la neuropsicología infantil y cómo los padres pueden identificar y abordar las necesidades neuropsicológicas de sus hijos para asegurar su éxito académico y emocional.
Como padre, siempre buscas lo mejor para tu hijo, y una de las áreas más importantes a considerar es su desarrollo cognitivo y emocional. La neuropsicología infantil, un campo estrechamente relacionado con la educación, puede ofrecerte valiosas herramientas para comprender y apoyar a tu hijo en su proceso de aprendizaje. Pero, ¿cómo saber cuándo es el momento adecuado para buscar la ayuda de un terapeuta?
Problemas de aprendizaje y fracaso escolar
Las alteraciones neuropsicológicas en los niños a menudo se manifiestan como problemas de aprendizaje y, en algunos casos, pueden llevar al fracaso escolar. Si notas que tu hijo tiene dificultades para seguir el ritmo en la escuela, problemas para concentrarse, o si sus calificaciones no reflejan su esfuerzo, podría ser un buen momento para considerar una evaluación neuropsicológica. Este diagnóstico individualizado te permitirá conocer la madurez de tu hijo respecto a su etapa escolar y realizar las adaptaciones necesarias para mejorar sus objetivos curriculares.
Evaluación en la etapa preescolar
La evaluación neuropsicológica sistemática durante la etapa preescolar (hasta los seis años) es crucial. Identificar casos de inmadurez, disfunción o daño cerebral en esta etapa permite minimizar el riesgo de fracaso escolar en el futuro. Muchos niños con retraso evolutivo pueden pasar desapercibidos, con la errónea creencia de que sus dificultades desaparecerán con el tiempo. Sin embargo, como indican expertos como Lyon y Evrard, los signos neurológicos menores pueden persistir, afectando el desarrollo del niño.
Control evolutivo
Si tu hijo ya está recibiendo algún tipo de rehabilitación cognitiva o tratamiento psicofarmacológico, es fundamental realizar un control evolutivo. Esto te permitirá conocer la eficacia del tratamiento y ajustar los objetivos terapéuticos si es necesario. En casos de trastornos como el déficit de atención o la epilepsia, donde frecuentemente se utilizan psicofármacos, el control evolutivo es aún más importante debido a los posibles efectos secundarios sobre el rendimiento cognitivo.
Evaluaciones periódicas
Para niños menores de 10 años con déficits neuropsicológicos o que están bajo tratamiento psicofarmacológico, se recomienda realizar revisiones cada 6-8 meses. El cerebro infantil es altamente neuroplástico y puede experimentar rápidas evoluciones, por lo que estas evaluaciones periódicas son esenciales para adaptar el tratamiento a las necesidades cambiantes de tu hijo.
Prevención
También es importante prestar atención a los antecedentes de riesgo biológico. Niños con alteraciones prenatales o perinatales, o aquellos con antecedentes familiares de patologías disfuncionales, tienen mayores probabilidades de presentar trastornos neuropsicológicos. Una evaluación neuropsicológica durante la etapa preescolar puede ser clave para prevenir dificultades de aprendizaje y fracaso escolar. Por ejemplo, si hay antecedentes de dislexia en la familia, evaluar a tu hijo a una edad temprana puede ayudar a identificar y tratar cualquier problema antes de que afecte su rendimiento académico.
Conclusión
En resumen, llevar a tu hijo al terapeuta cuando observas problemas de aprendizaje, realizar evaluaciones sistemáticas en la etapa preescolar, mantener un control evolutivo si ya está en tratamiento, y prestar atención a los antecedentes de riesgo, son pasos fundamentales para asegurar su desarrollo cognitivo y emocional. La neuropsicología infantil no solo te ayuda a identificar y tratar problemas, sino que también te ofrece las herramientas para aprovechar al máximo las capacidades educativas de tu hijo. No dudes en buscar la ayuda de un profesional si tienes alguna preocupación sobre el desarrollo de tu hijo; su futuro académico y emocional te lo agradecerá.
Referencias
Portellano, J. A. (1999). Neuropsicología Infantil. Madrid: Editorial Síntesis.