Ante la propagación de COVID-19, los países están poniendo en marcha planes de emergencia. En el contexto de los cierres necesarios, es preciso movilizar diferentes formas de atención y recursos atencionales en línea. Es recomendable que los países utilicen los cursos digitales a distancia ya disponibles siempre que sea posible.
Introducción
Ante la propagación de COVID-19, los países están poniendo en marcha planes de emergencia para desacelerarla y limitarla, y a la vez se preparan para una posible interrupción de largo plazo de la asistencia a las terapias y rehabilitación. Cada semana que los centros sanitarios permanezcan cerrados implicará una pérdida masiva en el desarrollo de capital humano, la cual tendrá implicaciones económicas y sociales importantes y prolongadas. Si bien la situación representa una dura prueba de resistencia para los sistemas sanitarios, también es una oportunidad de desarrollar oportunidades de rehabilitación alternativa. Por ejemplo, China, que fue la primera nación afectada por el coronavirus, ha avanzado ya mucho en brindar a un gran número de sus usuarios acceso a oportunidades de terapia en línea.
Desarrollar capacidad
La mayoría de los planes de emergencia incluyen: información y capacitación respecto al virus (por ejemplo, Estados Unidos de América, Francia, Italia); formación para terapeutas y directores de centros en el trabajo a distancia (por ejemplo, China, Italia, Gran Bretaña); uso de sesiones en línea a gran escala (por ejemplo, China), y creación y capacitación de grupos de trabajo de asesores y sanitarios para apoyar a los padres de familia y a los usuarios (por ejemplo, Estados Unidos).
Muchas respuestas ya implican el cierre de establecimientos socio- sanitarios, bien sea a nivel nacional (por ejemplo, China, Italia, Corea, Japón), a nivel regional (por ejemplo, Francia, Alemania, Portugal, España) o de forma focalizada (por ejemplo, Estados Unidos, Gran Bretaña).
Usar plataformas médicas en línea mientras los centros y las clínicas permanecen cerradas
En el contexto de los cierres necesarios, es preciso movilizar diferentes formas de atención y recursos atencionales en línea. Es recomendable que los países utilicen los cursos digitales a distancia ya disponibles siempre que sea posible, alienten a las empresas de tecnología sanitaria a ofrecer sus recursos de manera gratuita, diversifiquen los modos de impartición de terapia según la edad y la capacidad, y fomenten la colaboración por parte de los profesionales. Si bien las instituciones de atención terciaria se utilizan en gran medida para impartir cursos en línea y cuentan con un rico banco de materiales digitales, en la atención primaria y secundaria esto no ocurre de forma tan sistemática.
- Utilizar las plataformas de terapias en línea o a distancia disponibles. Las plataformas virtuales a distancia podrían ya contar con cursos y recursos curriculares en diferentes formatos digitales (texto, videoconferencias, entre otros), por lo común con un banco de ejercicios relacionados. En términos generales, los profesionales pueden seleccionar conferencias y ejercicios para que sus usuarios vean y realicen, y darles orientación mediante mensajes y clases síncronas. De no haber plataformas, podrían utilizarse recursos terapéuticos abiertos de manera similar.
- Desarrollar nuevas plataformas de terapia en línea (aulas virtuales). Los profesionales pueden enseñar a distancia a sus usuarios ubicados en sus hogares, utilizando varias plataformas. En ciertos países operan ya algunos servicios de "clases virtuales" y en China y Singapur se emplean a gran escala en el contexto de la crisis del coronavirus, bien sea de manera pública o privada.
- Aliarse con plataformas de terapias privadas. Una dificultad que presentan los recursos existentes es que no siempre es posible utilizarlos de manera masiva. Algunas plataformas del sector privado ya ofrecen sus recursos y servicios gratuitamente a algunas clínicas para ampliar la capacidad de respuesta de los países (por ejemplo, China, Japón).
- Colaborar en el ámbito internacional para compartir los recursos asistenciales en línea existentes. Si bien los países, y en ocasiones, las regiones dentro de éstos, tienen diferentes planes de estudio, suelen enseñar materias similares y podrían considerar traducir y utilizar recursos digitales extranjeros que coincidan con su plan de estudios.
- Utilizar todos los medios electrónicos según corresponda. Algunos medios electrónicos disponibles desde hace tiempo, como la transmisión de sesiones por streaming, son más apropiados para los estudiantes de menor edad o en algunos contextos en los que la infraestructura está rezagada.
- Brindar a los profesionales oportunidades de aprendizaje digital. Los países pueden proporcionar o facilitar a los profesionales recursos digitales de formación asistente sobre cómo apoyar en línea
(por ejemplo, Italia), así como plataformas virtuales de colaboración que
les permitan compartir sus recursos y dar y recibir comentarios de sus compañeros.
Retos de implementación
Es posible que aprender y colaborar en un entorno digital no sea algo que los profesionales y los usuarios puedan realizar con espontaneidad. Al considerar las respuestas en materia de políticas públicas al cierre de las clínicas, es necesario que los responsables de formularlas consideren formas de:
- Equilibrar las actividades digitales y las actividades sin pantalla. Limitarse a sustituir las horas de terapia presenciales por conferencias y debates en línea podría afectar negativamente la salud de los usuarios. Las conferencias pueden acortarse (China) y combinarse con actividades de terapia no digitales.
- Vigilar la salud emocional de los usuarios. El contexto del virus y el cierre de las clínicas puede resultar desconcertante y desorientador para los usuarios. Es preciso encontrar la manera en que las soluciones tecnológicas brinden conexión, interacción y apoyo mientras se produce la terapia, sobre todo en tiempos inciertos.
- Acceso a dispositivos. Es más probable que los usuarios tengan acceso a teléfonos inteligentes que a ordenadores portátiles en su hogar y que en el contexto doméstico haya más usuarios que dispositivos. Los gobiernos podrían ofrecer dispositivos portátiles a préstamo o proporcionar recursos alternativos (folletos impresos de ejercicios terapéuticos) (por ejemplo, Gran Bretaña, Japón).
- Gestionar el acceso a la infraestructura de tecnologías de la información (TI). Tener a todos los usuarios conectados al mismo tiempo puede ser problemático en algunos lugares y es necesario también supervisar el acceso a la infraestructura de TI, para asegurarse de brindar un buen acceso a todos, quizá dentro de ciertos marcos de tiempo.
Oportunidades de largo plazo
La oleada actual de cierres de clínicas ofrece una oportunidad para la experimentación y para visualizar nuevos modelos de impartir terapias, y nuevas formas de utilizar el tiempo de rehabilitación presencial.
- Explorar sistemas seguros para someterse a sesiones desde casa. Una probable dificultad serán las terapias específicas), que a menudo requieren acceso a recursos y una personalización estricta al usuario. Se han desarrollado algunas soluciones para personalizar a los tratamientos, pero el formato de la individualización podría aún ser problemático.
- Explorar diferentes modelos de tiempo y terapias. La necesidad de explorar cómo pueden los usuarios rehabilitarse en diferentes lugares y en diferentes momentos ayudará a los países a comprender mejor el potencial de las soluciones de tratamiento digital y unirá a comunidades, hogares y centros. Los usuarios están acostumbrados a seguir un horario ajetreado y una intensa carga de ejercicios, pero pueden explorarse nuevas soluciones para brindarles oportunidades de tener más capacidad al brindarles más autonomía. Esto debe equilibrarse con la orientación adecuada para mantenerlos comprometidos.
- Capacitar a los profesionales para que aprovechen al máximo los avances logrados en el ámbito digital. Los profesionales tendrán la oportunidad de poner a prueba diferentes soluciones digitales de terapias, y de comprender cómo utilizar la tecnología para fomentar un desarrollo más profundo por parte de los usuarios. Es necesario alentarlos a pensar creativamente en su función como facilitadores del desarrollo de los egresados, en cómo la tecnología puede apoyarlos para lograrlo y en cómo combinar sus conocimientos expertos entre el colegiado.
- Utilizar las variaciones prevalecientes dentro y entre distintos países para rehabilitar. Si bien la crisis provoca que el servicio atencional, la investigación y la evaluación queden en un segundo plano, es preciso sustentar con cuidado las diferentes soluciones puestas en marcha dentro de los países y sus efectos, ya que muchas ideas sobre su implementación y evolución, sobre su eficacia, podrían compartirse y analizarse en el ámbito internacional.