La pérdida auditiva no rehabilitada genera dificultades en la comunicación oral que afecta la interacción con otras personas y fundamentalmente las actividades de la vida diaria, lo que conlleva a un impacto negativo en el bienestar social, funcional y psicológico, por lo anterior, es importante considerar las consecuencias de la hipoacusia en la calidad de vida de los usuarios adultos de IC (Diaz, Goycoolea, & Cardemil, 2016).
RESUMEN
Una de las principales medidas de resultado para establecer los beneficios del implante coclear (IC) en adultos es la calidad de vida. Objetivo: Describir la evidencia científica disponible de los cambios en calidad de vida auto percibidos por los pacientes adultos después de recibir un implante coclear. Método: Estudio de tipo descriptivo, se seleccionaron en total 65 fuentes documentales; las bases de datos consultadas fueron EBSCO Host, Eureka, PubMed. Resultados: Se analizaron 53 fuentes documentales que dan cuenta que el uso del implante coclear genera cambios positivos en la calidad de vida postimplante tanto a nivel familiar, social, cognitivo como laboral; manifestados en los resultados de los cuestionarios y la autopercepción de los usuarios. Conclusión: El acceso a la audición brinda oportunidades y genera independencia en la vida cotidiana del paciente con pérdida auditiva post- lingüístico.
Palabras clave: "Calidad de vida", “Implante coclear”, "Audífonos", "rehabilitación auditiva", "cuestionarios audiológicos".
INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la Salud ha determinado que más del 5% de la población mundial entre niños y adultos padece pérdida de audición discapacitante, siendo mayor el porcentaje en población adulta. (Organización Mundial de la Salud, 2019).
En Colombia el Departamento Administrativo Nacional de estadística afirma que el 5,4% presenta alguna afección de oído, (DANE, 2018), la pérdida de audición es una disminución pronta o gradual de la capacidad para oír y es uno de los problemas de salud más comunes que afecta a los adultos mayores y ancianos. Aproximadamente una de cada tres personas de 65 a 74 años tiene algún nivel de pérdida de audición, casi la mitad de las personas mayores de 75 años tienen dificultad para oír (Instituto Nacional de Salud, 2017).
Una hipoacusia neurosensorial severa a profunda bilateral, le impide a la persona entender el habla y comunicarse en conversaciones cotidianas, una de las alternativas de tratamiento es el implante coclear (IC) un dispositivo de alta tecnología que sustituye el funcionamiento del oído interno dañado y rehabilita la capacidad auditiva de las personas que no se benefician lo suficiente de los audífonos convencionales (Nandkumar, 2018).
El IC consta de un componente externo que se coloca detrás de la oreja y otro interno el cual se implanta quirúrgicamente debajo de la piel, desde 1985 la Food and Drug Administration (FDA) aprobó el IC para uso en pacientes adultos postlinguales (Ver Tabla 1) (FDA U.S FOOD & DRUG, 2016)
1985 |
1990 |
1998 |
2001 |
|
Edad de implantación |
Adultos |
Adultos y niños (2 años) |
Adultos y niños (18 meses) |
Adultos y niños (12 meses) |
Inicio de la pérdida auditiva |
Post-lingüísticos |
Post-lingüísticos adultos pre y posts-lingüísticos niños |
Adultos y niños pre y post-lingüísticos |
Adultos y niños pre y post-lingüísticos |
Grado de la pérdida auditiva |
Profundo |
Profundo |
Severa – profunda adultos profunda niños |
Severa – profunda + 2 años |
Adultos porcentaje (formato abierto) |
0% |
0% |
40% o menos (CID) |
= 50% (HINT) en el oído a implantar y con = 60% en el contralateral |
Niños porcentaje (formato abierto) |
No candidatos |
0% open set |
Menos que 20% |
No progreso en adquisiciones lingüísticas (MAIS = 30%) |
Un IC no restaura la audición normal, convierte la señal acústica en impulsos eléctricos que son entregados al nervio auditivo y posteriormente llevados hasta la corteza por la vía auditiva central donde son interpretados como sonido (Gordon KA, 2003).
Por otra parte, la pérdida auditiva no rehabilitada genera dificultades en la comunicación oral que afecta la interacción con otras personas y fundamentalmente las actividades de la vida diaria, lo que conlleva a un impacto negativo en el bienestar social, funcional y psicológico, por lo anterior, es importante considerar las consecuencias de la hipoacusia en la calidad de vida de los usuarios adultos de IC (Diaz, Goycoolea, & Cardemil, 2016).
Diversos autores han defino calidad de vida como un constructo que expresa una valoración subjetiva del grado en que se ha alcanzado la satisfacción vital, o como el nivel de bienestar personal percibido. Ciertamente, la mayoría de los autores consideran que esta valoración subjetiva está estrechamente relacionada con indicadores biológicos, psicológicos, y sociales que forman parte del constructo. (Blanco, 1985, Chibnall y Tait 1990, Diener, 1984, De haes, 1988., 2014). Por otro lado, la OMS precisa que es el estado de completo bienestar físico, mental, social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
La pérdida auditiva post-lingüística (postlocuitiva) es aquella que se instaura cuando el lenguaje está totalmente consolidado (Manrique, y otros, 2006), por lo tanto, las capacidades expresivas no tienen por qué verse afectadas una vez se manifiesta la hipoacusia. Las principales causas de la sordera post – lingüística están asociadas a factores externos como infección, enfermedades, traumatismo o presbiacusia.
Específicamente, en estos pacientes se ha almacenado en la memoria un gran número de patrones auditivos que benefician la rehabilitación posterior a la activación del IC, y es en los primeros seis meses que demuestran el incremento de las habilidades auditivas las cuales se estabilizan con la estimulación y pueden mejorar con el tiempo. Los pacientes pasan por distintas etapas que se deben abordar de forma individual, por ejemplo, en los casos que desde el principio no alcancen los niveles de rendimiento esperados, se debe evitar rechazo del dispositivo, y en aquellos que la recuperación de la capacidad auditiva se dé de manera rápida, el entrenamiento auditivo con el IC se debe centrar en la conversación dirigida y abierta. Por ello, es de suma importancia que el paciente tenga expectativas adecuadas antes de someterse a la cirugía y suficiente motivación para enfrentar el proceso de rehabilitación auditiva (Trolliet, 2018).
Dadas las implicaciones de la pérdida auditiva en la calidad de vida de las personas adultas post-lingüísticas, es necesario conocer la evidencia científica disponible acerca de los cambios que perciben después de recibir el IC.
MÉTODO
Estudio descriptivo que evalúa, mide y recolecta datos sobre diversos conceptos, aspectos, dimensiones o componentes de la calidad de vida de pacientes post-lingüísticos con IC (Hernández, Fernández, & Baptista, 2008).
Las bases de datos consultadas fueron EBSCO Host, Eureka, PubMed y el criterio de búsqueda ingresado según términos MESH fueron: “Quality of life” Cochlear implant”, “Hearing aids”, “auditory rehabilitatión”, “audiological questionnaires”, “measurement”. Se seleccionaron en total 65 fuentes documentales, privilegiando aquellas referencias escritas entre enero de 2000 y diciembre de 2019, que incluían pacientes adultos, post-lingüísticos usuarios de IC, con medidas de resultado estandarizadas o no estandarizadas de calidad de vida posterior a la activación, para una elección final de 53 fuentes, 37 artículos utilizan cuestionarios estandarizados para la medición de calidad de vida y habilidades auditivas, 15 artículos sin cuestionarios tienen en cuenta diferentes factores que influyen en los procesos psicológicos y sociales. (Ver tabla 2)
UNIDAD DE ANALISIS |
CATEGORIAS |
SUBCATEGORIAS |
NUMERO DE ARTICULOS |
CALIDAD DE VIDA |
Sin cuestionarios estandarizados |
Habilidades de comunicación |
2 |
Interacción social |
3 |
||
Uso del teléfono |
2 |
||
Auto - confianza |
3 |
||
Impacto en la vida familiar |
2 |
||
Desempeño laboral e Ingresos económicos |
3 |
||
Comprensión del habla |
4 |
||
Menor dependencia |
2 |
||
Apreciación de la música y entretenimiento |
2 |
||
Bienestar psicológico |
7 |
||
Calidad de vida de conyugues, familiares y cuidadores |
1 |
||
Grado de satisfacción |
1 |
||
Rehabilitación |
2 |
||
Deprivación auditiva |
2 |
||
|
|
|
|
Cuestionarios estandarizados-medición de calidad de vida
|
GBI |
7 |
|
CAST |
1 |
||
BREF (WHOQOLBREF) |
4 |
||
SVLICr |
1 |
||
SSQ - SHQ |
6 |
||
HUI |
2 |
||
HISQUI |
3 |
||
CVRS |
7 |
||
APHAB |
3 |
||
EuroQol |
1 |
||
HII-SOP. |
1 |
||
NCIQ (Nijmegen) |
14 |
||
HHIE (inventario de limitaciones auditivas para adultos mayores |
1 |
||
GBI |
7 |
||
|
|
CAST |
1 |
|
Total de artículos consultados 53 |
|
|
Es por esto, y dado los recursos tanto humanos como materiales gestionados en esta intervención, que se hace necesario aproximarnos a conocer el impacto que tiene el tratamiento, en la calidad de vida de nuestros pacientes, más allá del ya conocido beneficio auditivo. (Morales A., Morales A., & Rahal, 2018).
RESULTADOS
Los métodos de medición de bienestar en salud como los cuestionarios de calidad de vida nos proporcionan herramientas adecuadas para la cuantificación del nivel de salud y beneficios alcanzados de los pacientes con IC.
Autores como (Faber & Grontved, 2000) afirman que al realizar una comparación de resultados de los cuestionarios pre y post implante muestran una mejoría en diferentes factores como comunicación con otras personas, uso del teléfono, aumento de autoconfianza; todos los usuarios recomendarían el uso del implante a amigos y/o conocidos. Por su parte (Turunen-Taheri, Hellström, & Carlsson, 2019) en su estudio indican que los pacientes mayores de 80 años no recibieron rehabilitación por presencia de comorbilidades, no contaban con condiciones para movilizarse y trasladarse a los centros clínicos, en contraste con los pacientes más jóvenes entre edades de 19 a 40 años si asistieron al proceso de rehabilitación auditiva, otros por el contrario decidieron el aprendizaje de lengua de señas como método de comunicación; esto indica que a pesar que todos tenían diagnóstico de pérdida auditiva severa a profunda, fueron rehabilitados con diferentes alternativas.
Otros autores comentan que en su estudio los pacientes perciben beneficio con el IC después de 6 meses de experiencia auditiva, mostrando resultados importantes tanto en el proceso de rehabilitación como mejoría en la calidad de vida reduciendo así situaciones de ansiedad y angustia (Olze, Knopke, Gräbel, & Szczepek, 2016).
(Monteiro, Shipp, Chen, Nedzelski, & Lin, 2012) en este estudio retrospectivo se interesaron en determinar el impacto económico de la sordera profunda y efectos posteriores, evidenciando que el uso del IC muestra beneficios a nivel de calidad de vida y mejores oportunidades laborales que generan importantes cambios a nivel económico tanto en los pacientes como en el país (Canadá) beneficiando la sociedad con aumento de la productividad y apoyo a la financiación de los sistemas de salud a través del pago de los impuestos, lo cual fue evidente en las respuestas de los cuestionarios pre y postimplante.
(McRackan, Hand, Velozo, & Dubno, 2019) tuvieron como objetivo evaluar la asociación entre los factores demográficos, relacionados con la audición y los relacionados con el IC, midiendo la calidad de vida a través de 6 dominios: factores demográficos, estrato socioeconómico, ingreso en el hogar, deprivación de la pérdida auditiva, implante unilateral o bilateral, reconocimiento de frases en silencio y en ruido (utilizando prueba de lenguaje en ruido (AzBio), obtuvieron mejores resultados en el reconocimiento de frases y en general en cada uno de los dominio, sin embargo; concluyen que las características del paciente u otras que contribuyen a la calidad de vida relacionada con el IC siguen siendo en gran medida desconocidas, esto muestra la necesidad de explorar otras variables como función cognitiva y psicológica para determinar los beneficios con el dispositivo.
De acuerdo al estudio realizado (De Souza Vieira, Dupas, & Chiari, 2018) dieron a conocer los beneficios del IC en edad adulta, fueron medidos por subcategorías mostrando beneficios importantes en la vida de los usuarios aumentan la sensación de seguridad, confianza, autoestima y de esta manera recuperan la independencia, permitió ver la vida con una perspectiva esperanzadora, los pacientes informaron que podían interactuar y comunicarse de una forma eficaz; adicional a esto disfrutaban de actividades de entretenimiento como hablar por teléfono y escuchar música. Así mismo (Hallberg, Ringdahl, Holmes, & Carver, 2005) investigaron el bienestar general psicológico en pacientes con IC, haciendo una comparación de usuarios que vivían en EEUU y Suecia donde evaluaron tres escalas “estados de ánimo” “bienestar positivo” y “autocontrol” evidenciaron que los pacientes de EEUU obtuvieron mejores puntuaciones en bienestar positivo y autocontrol lo que permitió desarrollo de sus actividades de la vida diaria de una manera más optimistas, por el contrario los pacientes suecos obtuvieron puntuaciones más bajas.
Por su parte (Buhagiar & Lutman, 2010) analizaron el desarrollo de una medida de calidad de vida, para pacientes con IC secuencial a través de un cuestionario llamado “resultados de implantación coclear bilateral (adultos)”, todos los participantes coincidieron que el primer implante tuvo mayor efecto sobre sus vidas la de sus familiares y amigos, sin embargo; cuando se preguntó por las ventajas del segundo implante, se encontró mayor beneficio en efectos psicológicos y estilos de vida, en menor medida cambios en la percepción auditiva. (Hallberg & Ringdahl, 2004) afirman que es importante validar aspectos pre implantes como diagnóstico temprano, recolección de información en la anamnesis, lo que podría ser una característica importante para predecir el resultado en términos de habilidades auditivas y comunicativas del paciente, en este estudio no evalúan objetivamente el desempeño auditivo, sin embargo; enfatizan en dimensiones psicológicas tales como el fortalecimiento de la autoestima, menor dependencia y una mayor participación social, evidenciando en los resultados mayor capacidad para interactuar y comunicarse con otras personas. El progreso en el trabajo, un mejor conocimiento de los sonidos ambientales y la mejora de la autoestima, deben incluirse en la evaluación del beneficio de la implantación coclear.
(Forli, Lazzerini, Fortunato, Bruschini, & Berrettini, 2019) realizaron una comparación en el resultado del IC en pacientes de edad avanzada y adultos jóvenes; observaron mejor desempeño en los pacientes que no tenían comorbilidades asociados con relación a los que sí (adultos mayores), en la actualidad entre 50 y el 60% de la población mayor de 70 años de edad, sufren de una deficiencia auditiva que no se puede beneficiar con uso de audífonos convencionales, se espera que esta prevalencia crezca en más del doble en los próximos 40 años. Como consecuencia, la mayoría de los programas han ampliado criterios en términos de edad ya que las investigaciones dan cuenta de los resultados del IC en usuarios de edad avanzada mejorando el rendimiento auditivo, aumenta la confianza en sí mismo a su vez reduce en la mayoría de los casos el estrés y la presencia del tinnitus mejorando la calidad de vida relacionada con la salud.
Este estudio de (Lazzarotto, y otros, 2019) destaca que la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores estaba directamente relacionada con la manera de afrontar la situación, las intervenciones están dirigidas a ofrecer diferentes estrategias de afrontamiento. Como primer hallazgo se encuentra que tanto los pacientes y sus familiares presentan un impacto negativo en la calidad de vida, enmarcando la discapacidad auditiva que conduce a dificultades en la comunicación y esto a su vez lleva a un aislamiento y reducción de la actividad social generando así sentimientos de exclusión, trastornos de estado de ánimo y depresión.
Los cuestionarios estandarizados permiten conocer la percepción del paciente con relación al uso del dispositivo especificando ventajas y desventajas del uso del mismo, adicionalmente existen otros instrumentos que valoran cambios obtenidos después de la adaptación de una ayuda auditiva los cuales son reportados por la familia. (Abdrabbou, Tucker, Compton, & Mankoff, 2018) revisaron el caso de dos mujeres que experimentaron pérdida auditiva bilateral súbita, adaptaron IC unilateral a los 50 años con una variable en el tiempo de deprivación auditiva, analizaron que los resultados de las pruebas de reconocimiento no proporcionan información sobre el impacto de la hipoacusia, por lo tanto, cuestionarios como el Nijmegen Cochlear Implant Questionnaire (NCIQ) permiten conocer la percepción del paciente frente a los beneficios del dispositivo relacionados con su calidad de vida (Ver tabla 3)
CUESTIONARIO |
POBLACIÒN |
NUMERO DE ITEMS |
SUBDOMINIOS |
PUNTUACIÒN |
GBI |
Pacientes con cirugía ORL: Implante coclear |
18 |
Estado general |
(-) 100 (máximo beneficio negativo) |
NCIQ |
Adultos con IC |
60 |
Sonido básico |
1: 0 * Siendo 0 el peor resultado |
SSQ |
Pacientes con discapacidad auditiva en varios ámbitos |
49 |
Audición para el lenguaje |
Versión A Califica de 0 – 10 |
SVLIC |
Satisfacción de los pacientes con IC respecto a su actividad laboral |
34 |
Dimensión laboral satisfacción laboral |
0: indiferencia |
WHOQOL |
Pacientes prelinguales |
26 |
Salud física |
Tipo Likert |
HISQUI |
Pacientes con pérdida auditiva IC |
19 |
Calidad de sonido |
7: Siempre |
HHIE / HIISOP |
Pacientes con pérdida auditiva IC conyugues y familiares |
10 |
Variables psicológicas |
0: Puntuación positiva |
HUI |
Adultos |
8 |
Habla y destreza |
Nivel 1: Mejor estado de salud |
(Ketterer, y otros, 2018) determinaron el resultado audiológico subjetivo y objetivo en pacientes con pérdida auditiva asimétrica que presentaban tinnitus y afectación psicológica, fue medido a través del instrumento (NCIQ) 6 y 12 meses posterior a la activación; se evidencia que después de los 12 meses hay mejoría significativa en todos los subdominios y disminución la percepción del tinnitus.