Se denomina
deficiente auditivo, sordo o cofósico, a aquellas personas que por diferentes causas, posee dificultades de la audición, que entorpecen su actuación en la vida diaria.
Dentro de la sordera, existen diversos grados de déficits.
En un primer análisis, se podría decir que una persona es hipoacúsica, cuando puede valerse de la audición (con o sin el uso de prótesis auditiva), para los requerimientos de la comunicación en la vida diaria.
Desde el punto de vista pedagógico, la presencia o la ausencia del lenguaje, permite delimitar la hipoacusia y la sordera.
- El niño/a sordo/a es ante todo un ser visual, incorpora todo el repertorio del lenguaje por medio de la visión; la percepción fónica es auxiliar. Lee el habla en los labios, las expresiones, la actitud corporal de quienes lo rodean.
- El niño/a hipoacúsico/a la situación es justamente inversa. Posee un resto auditivo importante, que le permite percibir sonidos, ruidos y el habla, con la ayuda de audífonos adecuados.
Referencias
Morgon, A y otros. Educación precoz del niño sordo. Ed. Masson, Barcelona, España, 1984.
Löwe, A. Audiometría en el niño. Implicaciones pedagógicas. Ed. Panamericana. Buenos Aires, Argentina. 1981.
Fischer. B. Niños con trastornos auditivos. Manual para padres. Ed. Galerna, Buenos Aires, Argentina. 1981
http://www.geocities.com/HotSprings/Villa/4130/tesis/frame_hipo.htm