Cada familia incluido el adolescente, deben establecer un listado de orden de prioridades, expectativas y estrategias, con la simple y a la vez compleja realidad que engloba el adolescente.
No es fácil trazar un camino, por la singularidad que presenta cada adolescente, pero sí es necesario poner de la parte de los adultos, unos criterios que puedan beneficiarles en el trayecto a ser adultos:
- Es importante explicar las razones que se oponen en una conversación y generan conflictos. Es necesario hacerlos partícipes de discusiones y reflexiones familiares.
- No criticar por criticar. Evitar todos aquellos comentarios que generen inseguridad y sean hirientes.
- No etiquetarlos, ni permitir que el entorno de familiares y amigos, lo etiqueten.
- Acordar y formular pactos, en vez de castigar rutinariamente.
- Demostrar simpatía y fundamentalmente empatía. Para ello, hay que “ponerse en la piel” y si es necesario “en los zapatos del adolescente”.
- Elogiar los logros, las nuevas adquisiciones, los nuevos aprendizajes.
- Acompañar los errores siempre con argumentaciones.
- Ayudarle a reconocer que tiene una serie de intereses, talentos propios a indagar, potencialidades.
- Respetar el esfuerzo personal, no comparando sus logros y capacidades con los de otros.
- Los adolescentes necesitan límites, más amplios y flexibles, pero igualmente claros.
- El dialogo es la herramienta que debe permanecer a lo largo de todo el proceso, como así también la escucha activa.
- No desautorizar a los maestros y profesores ante conductas disruptivas. Ellos son parte activa del itinerario del adolescente.
- Y cuando “se pierden los estribos”, en vez de generar oposición constante, hacer una segunda lectura, dando la responsabilidad y compromiso en la toma de decisiones.
Cada familia incluido el adolescente, deben establecer un listado de orden de prioridades, expectativas y estrategias, con la simple y a la vez compleja realidad que engloba el adolescente. Estas actuaciones deben reajustarse, aceptando al adolescente, como persona, tal como es, con virtudes y conductas a mejorar, con necesidades, demandas y sobre todo con el reto de convertirse en persona adulta.