Ser padres implica muchas veces enfrentarse a situaciones con los hijos para las cuales no fuimos preparados ni entrenados y ésto puede provocarnos miedo, duda, incertidumbre y muchas veces hasta desesperación
Quién no ha oído alguna vez la frase “ahora no se educa como antes” o “los niños de ahora no son como los de antes”?
El motivo de este articulo es aclarar de alguna manera ese estilo de educar, buscar en cierta manera los por qués de todo ello.
Para ello, lo primero definiremos ¿qué entendemos por educar?
- La educación, del latín educere “guiar, conducir” o educare “formar, instruir”, puede definirse como un proceso multidireccional, mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar.
Además podemos decir, que existen tres tipos de educación: la formal, que hace referencia a los ámbitos de las escuelas, institutos, universidades, la no formal, que se refiere a los cursos, academias, e instituciones, que no se rigen por un particular currículo de estudios y la educación informal que es la que se recibe en casa.
Nosotros, nos centraremos en la educación informal, que como padres, debemos ofrecer en casa, y que en mi opinión es la base de la educación del niño.
En la escuela se aprenden conocimientos, pero en casa, se aprenden valores, como respeto, libertad, sinceridad, responsabilidad, lealtad, generosidad, superación, esfuerzo y sacrificio…, entre otros.
Los padres por tanto, tienen gran importancia en la educación del niño.
Decir que ser padre hoy día supone un reto diario. Pero, ¿un padre nace o se hace?, en mi opinión las dos cosas.
Es cierto, que a menudo vemos personas que parece como si el ser padre o madre lo llevarán en los genes, pero debemos decir que el ser padre también se aprende.
Ser padres implica muchas veces enfrentarse a situaciones con los hijos para las cuales no fuimos preparados ni entrenados y ésto puede provocarnos miedo, duda, incertidumbre y muchas veces hasta desesperación. Por ello, debemos aprender como lidiar con todas estas situaciones para afrontarlas con éxito.
Muchas veces, buscamos en guías, libros de consulta, o Internet las soluciones a nuestras dudas como padres o también las expresamos verbalmente a otros padres. Y si, reconozco que en cierto modo, nos sentimos comprendidos porque ellos también han pasado por ello. Nos pueden dar pautas u orientaciones que en algunos casos pueden solucionar a corto plazo el problema, pero no nos dan la solución, ya que lo que sirva para su hijo puede que no sirva para el nuestro.