Son estancias tan breves que realmente no aprendemos a convivir con nosotros mismos, a conocer nuestras flaquezas y virtudes, a desarrollarnos y crecer por dentro
Una parcela con vistas a nuestro interior
Feng-shui, musicoterapia, rebirthing, constelaciones familiares…. y un sin fin de técnicas que favorecen nuestro crecimiento personal pero todas y cada una de ellas sólo nos proporcionan pequeñas estancias en nuestro propio interior.
En cuanto cruzamos el linde de la puerta las sensaciones de nuestro alrededor vuelven a transmitirnos estrés, alerta, rapidez, frustraciones, contrareloj, enojo sin más.
Son estancias tan breves que realmente no aprendemos a convivir con nosotros mismos, a conocer nuestras flaquezas y virtudes, a desarrollarnos y crecer por dentro.
No asentamos raíces, nos quedamos huérfanos del sentido común. Nuestro pasado nos traumatiza y nuestro futuro nos vuelve neuróticos, pero y el presente? Un regalo permanente cuando lo abrimos con el corazón, y lo cubrimos de unas gotas de razón.
Esta sensación de bienestar nos permite conectar en el aquí y el ahora, corporal, energético y mental de nuestras raíces, de nuestra parcela con vistas a nuestro tesoro más preciado, nuestro verdadero yo interior.