Más recientemente, la contribución de los estudios psicológicos y sociolingüísticos y, en concreto, las investigaciones y socio-histórico psicogenético condujo a una revolución en cómo los profesores comprenden la alfabetización.
4. ¿Considera usted que lo educadores actuales tienen herramientas teóricas y prácticas suficientes como para facilitar la alfabetización de los infantes?
La alfabetización tradicional ha sufrido el primer temblor a las enseñanzas de Paulo Freire, quien, oponiéndose a la "educación bancaria" apoyó la dimensión política de este aprendizaje y liberadora. Más recientemente, la contribución de los estudios psicológicos y sociolingüísticos y, en concreto, las investigaciones y socio-histórico psicogenético condujo a una revolución en cómo los profesores comprenden la alfabetización. A pesar de estos cambios en los paradigmas teóricos y metodológicos disponibles en la literatura educativa en los debates académicos y directrices para la enseñanza (como el brasileño Currículo Nacional publicada en Brasil por el Ministerio de Educación a finales de los años 90), todavía sufren las dificultades de aplicación en la escuela. Así, si por la fuerza de las tradiciones de la escuela, ya sea mediante el establecimiento de instituciones educativas, si las condiciones para el desarrollo del trabajo pedagógico, ya sea por la resistencia de los profesores o por las dificultades de transposición didáctica (una reinvención de la práctica a la luz de los nuevos paradigmas), se puede decir que hay una subutilización de las herramientas disponibles hoy en día. El logro de una verdadera articulación de la enseñanza y el aprendizaje en línea con los contextos socioculturales de los estudiantes de a pie es un desafío a ser para la educación.
5. ¿Cómo hacer para que los maestros no se desalienten y se sientan solos en el contexto escolar?
Al tomar una clase, es muy común que los maestros se sienten solos frente a los desafíos que debe enfrentar ante sus alumnos en situaciones únicas e impredecibles. El peso de la responsabilidad y el peso de la incertidumbre se amplía considerablemente, porque más que enseñar determinados contenidos, los educadores tienen que hacer frente a las exigencias de la escuela, las expectativas de la familia y las demandas sociales, que surgen a través de complejas relaciones interpersonales, los dilemas y las fuentes de tensión.
El resultado de todo esto no podía ser otro que el desaliento, la insatisfacción e incluso el compromiso profesional de la salud, tan a menudo, afecta a los profesores. Una mejor gestión del trabajo escolar puede constituir una alternativa de transformación de la enseñanza y la práctica docente. Por eso yo abogo por la construcción e implementación del programa de educación realizada en colaboración por todo el personal de la escuela.
El trabajo colectivo no sólo tiene el potencial de apoyar a los maestros en sus respectivos dilemas e incertidumbres, sino que también fortalece las prácticas de planificación y evaluación, se garantiza la coherencia en la institución educativa, y todavía trae perspectivas de la educación continua de los profesores. Juntos, los profesores pueden buscar nuevas alternativas de trabajo y reflexionar sobre la práctica pedagógica.