¿A que consideramos una necesidad educativa especial?
Las Necesidades Educativas Especiales pueden ser temporales y permanentes y a su vez pueden ser debidas a causas físicas, psíquicas, Sensoriales, Afectivo-emocionales, Situación socio-familiar además casos de inadaptación cultural, lingüística, entre otros. Un estudiante presenta una N.E.E. cuando posee dificultades mayores que el resto de sus compañeros para acceder a los aprendizajes que se determinan en el currículo que le corresponde por su edad y necesidad. Dentro de esta población se encuentran personas con discapacidad o limitaciones auditivas, visuales, cognitivas, motoras y de autismo, así como personas con capacidades o con talentos excepcionales la cual corresponde a una área específica de la actividad humana, como las ciencias, las matemáticas, las artes o el deporte. Una N.E.E puede estar asociada a situaciones personales que dificulten el movimiento, el intelecto y los sentidos, es decir, asociadas a problemas motoricos, psíquicos y sensoriales. Por lo tanto lo especial no es el niño ni lo que le ocurre como causa, sino la necesidad que tiene o atenciones que le hacen falta.
¿Qué elijo yo, cual es mi opción de necesidad educativa especial?
Deficiencia Auditiva (Alonso y otros, 1991), Sordo es aquel que con relativa independencia de su pérdida se siente parte de la comunidad sorda, conoce su lenguaje y comparte sus peculiaridades culturales, que están relacionadas con el papel predominante de la experiencia visual. En los últimos tiempos distintas disciplinas han aportado nuevos elementos de reflexión sobre la sordera y la educación de los alumnos con esta discapacidad. Estos estudios se han producido desde los años sesenta y se han convertido en factores de cambio para llegar a entender la noción de la sordera. Estos factores han sido: las comunidades de sordos en materia de la sociología; el estudio del lenguaje de signos como área lingüística, estudios sobre el desarrollo lingüístico, social y cognitivo de niños sordos en el ámbito psicológico; comparando resultados y rendimientos académicos de hijos sordos, y oyentes, además del fracaso pedagógico del modelo oralista y por ultimo cambios en la concepción de la educación especial.