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Madurez escolar de los niños que ingresan a la escolaridad primaria. (Parte II)

Para ello es fundamental antes que nada las observaciones que pueden hacer los padres del niño sobre como se va dando su desarrollo si notan alguna alteración en su lenguaje, su psicomotricidad, y consultar al profesional adecuado en caso de experimentar alguna duda, ya sea  psicopedagogo, fonoaudiólogo, logopeda o, psicólogo si es de orden emocional.    

 
Erica Liliana Rumi | 15/11/2009
Está claro que si bien aquí esta desarrollada desde cuatro áreas para una mejor compresión, al momento del aprender interactúan todos estos aspectos de igual manera. No obstante vemos que aún con el déficit de alguno de ellos el niño puede alcanzar sus aprendizajes, pero con mayor dificultad, ya sea en cuanto al tiempo que le requerirá con respecto a otros de su misma edad cronológica o a la calidad de los mismos. Un ejemplo son aquellos niños que pueden manifestar gran predisposición y actitud de trabajo pero tienen dificultades en la creación de vínculos con sus compañeros, los cuales responden a su madurez social. O casos contrarios en los que se observa muy buena maduración social, niños que entablan muchos lazos sociales sin problemas, pero demuestran dificultades para concentrarse y focalizar su atención.
 
Sin embargo, es mas frecuente encontrar niños con problemas en su madurez biológica, ya sea porque manifiestan déficits emocionales debido al entorno familiar, a su historia vital; como así también dificultades en cuanto el desarrollo corporal. Este último incluye: complicaciones visuales, disminuciones auditivas, trastornos psicomotrices y todo tipo de trastornos del lenguaje, entre otros. A ellos hace referencia Sara Paín en su libro Diagnóstico y tratamiento de los problemas de aprendizaje cuando dice “dos aspectos inciden en la creación de las condiciones del no-aprender, uno ligado a la constitución orgánica y el otro derivado de su historia personal”
 
Sería importante que estos síntomas estén diagnosticados o al menos identificados antes del ingreso a la escolaridad primaria. En Argentina, por ejemplo, se realiza un control a los niños de 6 años para conocer este tipo de trastornos o disminuciones a nivel visual y auditivo. Pero no así en las demás funciones cognitivas que son bases para futuros aprendizajes principalmente de la lecto-escritura o el cálculo, como ser: lenguaje, memoria, atención o psicomotricidad.
 
Lo que se quiere destacar en este artículo es la importancia de detectar a tiempo todas aquellas dificultades o síntomas que comprometan la adquisición de los contenidos en los primeros años escolares, realizando así la prevención adecuada y disminuir todo posible fracaso en los mismos.
 
Para ello es fundamental antes que nada las observaciones que pueden hacer los padres del niño sobre como se va dando su desarrollo si notan alguna alteración en su lenguaje, su psicomotricidad, y consultar al profesional adecuado en caso de experimentar alguna duda, ya sea  psicopedagogo, fonoaudiólogo, logopeda o, psicólogo si es de orden emocional.    

 

 

Referencias

 PAÍN, SARA 1983, “Diagnóstico y tratamiento de los problemas de aprendizaje”, Ediciones Nueva Visión
 

WAINBERG DE BERDICEWSKI, OLGA; MILICIC DE LOPEZ DE LERIDA, NEVA, “Manual de la prueba de funciones básicas”, Galdoc Editorial  

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