La lectura constituye un objetivo tanto de la escuela como de la familia y de la sociedad toda. Inmersa en la sociedad y en la cultura que suele denominarse posmoderna, enfrenta una serie de problemas que es necesario conocer para, con ese fundamento, concebir esas respuestas realistas que se suelen demandar.
MRD:
¿Que papel juegan los padres de familia en este proceso?
JGPM: Si bien es cierto que hoy sabemos cómo actúan mecanismos espontáneos para la adquisición de la lengua escrita, como es el hecho de vivir en una sociedad letrada, sin embargo las investigaciones también han puesto énfasis en la diversidad de como actúan estos factores. No es lo mismo un niño que crece en una familia cuyos padres leen, poseen una biblioteca, y, lo que es más importante, que leen a sus hijos; que un niño que vive en una familia cuyos progenitores no practican la lectura, que no tiene libros en casa, y, lo que es más significativo por sus consecuencias cuando el niño ingrese a la escuela, que nunca leen a sus hijos pequeños. Esto lleva de la mano a otro tema que también ha sido objeto de polémica: el referente al de la madurez y el aprestamiento. Todos sabemos que hace un tiempo se dio una importancia extraordinaria al aprestamiento, que debería llevarse a cabo fundamentalmente en el nivel inicial. Lo que las investigaciones más serias llegaron a encontrar fue que la supuesta inmadurez tenía un trasfondo eminentemente sociocultural. Las pruebas (test) que se tomaban, al no considerar el factor socioeconómico y cultural, no permitían detectar que las supuestas diferencias de niveles de madurez en realidad enmascaraban desiguales desarrollos y oportunidades, pero que ello no era decisivo cuando el niño ingresaba a la educación formal de la escuela. Innegablemente eran desventajas, pero que podían ser salvadas cuando en ese proceso de enseñanza aprendizaje se cerraba dicha brecha, por lo menos para el proceso de alfabetización primaria, es decir el aprender a leer y escribir, en su fase lectodecodificadora.
MRD:
Entonces, ¿cuál sería el trabajo del docente en el proceso de adquisición de la lectura y escritura?
JGPM: La lectura es comprensión, pero esa comprensión va acompañada de decodificación, que bien aprendida se automatiza. A ello se tiene que apuntar, pero considerando que es un largo, arduo y complejo proceso. Los profesores a veces no recordamos, o no queremos recordar, como fue nuestro aprendizaje. Como lo que en un determinado momento devino en fácil fue un lento y difícil aprendizaje.
La tarea de la escuela es pues ardua y compleja. Ya sabemos que a leer se aprende leyendo. Que un entorno lector favorece la lectura. Por lo tanto misión de la escuela es constituir un ambiente que haga posible el dominio del proceso lector y establezca sólidas bases para que se pueda fomentar el hábito de la lectura. Sabemos, como bien lo señala Fowler, que nuestra acción como docentes tiene límites, los cuales deben ser conocidos para no sentirnos frustrados. El citado estudioso cubano nos dice:
“Ningún país está en condiciones de convertir a la totalidad de su población en lectores y –menos aún- a la totalidad de sus lectores en lectores «críticos» Se trata entonces de elaborar programas concebidos a largo plazo y que sirvan para aumentar de modo gradual la magnitud cuantitativa de la masa lectora al tiempo que mejore su composición cualitativa; como hemos dicho desde el inicio, «hacer que sea más y mejor lo leído»”
La escuela necesita profesores que puedan transmitir la pasión de la lectura.
MRD:
¿Algo más que desee agregar a esta charla?
JGPM: Sí, la escuela tiene que desenvolverse dentro de los cambios que nos ha tocado vivir. Como toda etapa de transición significa desconciertos, dudas, nuevos objetivos y nuevos procedimientos. Estos cambios exigen, de parte de los profesores y de todas las personas e instituciones vinculadas con la cultura, conocer y enfrentar los nuevos desafíos, tratando de encontrar respuestas y soluciones inteligentes, plenamente realistas.
La lectura constituye un objetivo tanto de la escuela como de la familia y de la sociedad toda. Inmersa en la sociedad y en la cultura que suele denominarse posmoderna, enfrenta una serie de problemas que es necesario conocer para, con ese fundamento, concebir esas respuestas realistas que se suelen demandar.
Ha sido muy agradable tener este intercambio de opiniones. El tema es muy extenso y la labor educativa de los niños y niñas, en el ámbito escolar y en los padres de familia, es ardua y continua, quizá eso es lo más importante: tener persistencia en el lograr la decodificación aunada a la comprensión de la lectura y la escritura.
MRD: Gracias por su información y su tiempo.
JGPM: Me da mucho gusto haber participado en esta charla y espero que no sea la última. Gracias.
Mtra. Marlén Rodríguez Dávila.