A nuestro entender, una educación vista como una simple revisión de los productos finales hace perder de vista la consideración de la institución educativa como un ecosistema que permite explicar y dar sentido al funcionamiento general y a los procesos mediante los que se desarrolla la actividad docente
3) La diversidad.
La calidad de la educación forzosamente deberá referirse a la multiplicidad de elementos del proceso educativo, desde la amplitud de objetivos de la educación a la variedad de elementos intervinientes. Como señalan Cajide et al. (1994, citado en Guía Didáctica – Evaluación para la Calidad Educativa – Pontificia Universidad Católica del Perú, 2004) refiriéndose a la educación superior, pero que bien puede aplicarse a todo el sistema educativo, pese a los sucesivos intentos de definir y delimitar en qué consiste la calidad y cómo evaluarla, el problema permanece todavía como materia de controversia debido a la "megadiversidad" acerca de cuáles son las instituciones y cuáles las funciones de la educación. La calidad se asocia con: el nivel en que se alcanzan unos objetivos; el valor añadido; el nivel en que se satisface al usuario; la excelencia de procesos y resultados; el desarrollo adecuado de habilidades y aptitudes; la realización de sí mismo y buen entrenamiento para desempeñar un puesto de trabajo en la sociedad o la eficiencia (en tanto que se ponen en relación las entradas con las salidas) entre otras cosas. Por lo tanto, la calidad ha de valorarse necesariamente en forma plural.
4. La temporalidad: a largo plazo.
La calidad es un proceso a largo plazo. Conseguirla puede exigir, un alejamiento parcial o radical de las disposiciones y practicas establecidas y plantearnos a cada momento objetivos de la sociedad y los propósitos de la escuela como institución.
Por su parte, Raúl Caroy Zelaya, docente capacitador del Grupo Editorial Santillana, en un encuentro pedagógico organizado por esta institución en febrero de 2008, señalaba lo siguiente: "El apoyo de la educación ha estado pocas veces acorde con las circunstancias del desarrollo del país ni con las necesidades y aspiraciones de su población mayoritaria, sobre todo en tiempos de gobiernos autoritarios. De todos modos, aun en los países democráticos, prevalece a menudo el afán partidista de complacer demandas a sectores electorales sin considerar suficientemente las consecuencias que tales planteamientos pueden acarrear a la larga…La planificación en educación está poco extendida y es frecuente el cambio de políticas educativas al vaivén de las coyunturas sociales y económicas, debido al relevo frecuente de los responsables de este sector y a la falta de la que siempre debería ser una política de estado"
Ello nos ha de llevar a reflexionar acerca de la coherencia de las sucesivas políticas que se emprenden así como de sobre si las medidas que se proponen avanzan en una misma línea o suponen u ir y venir incongruente en diversas direcciones.
5. ¿La calidad es un asunto técnico?
Con frecuencia el tema de la calidad aparece bajo enfoques heredadas de la gestión empresarial de la calidad, como algo meramente técnico, como un conjunto de especificaciones que deben ser cumplidas y cuyo grado de consecución puede ser medido para detectar así en qué nivel nos encontramos. Pero, lejos de esta acepción puramente tecnocrática, la calidad es, como se ha dicho, un proceso impregnado de valores. En definitiva, medir la calidad no es más que realizar una evaluación y ésta, es sin duda, un proceso político cargado de opciones personales. La calidad de la educación no es sólo un problema pedagógico y técnico, es prioritariamente un problema social y político.
Calidad educativa
2.1 Una definición de Educación
Para entender el sentido que tiene la calidad educativa, consideramos necesario definir qué entendemos por "Educación". En tal sentido asumimos la definición que nos brinda el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas de Cuba a través de un folleto titulado "Grupo Pedagogía" y editado en 1997, cuando nos dicen que:
"La educación es un proceso conscientemente organizado, dirigido y sistematizado sobre la base de una concepción pedagógica determinada, que se plantea como objetivo más general la formación multilateral y armónica del educando para que se integre a la sociedad en que vive y contribuya a su desarrollo y perfeccionamiento. El núcleo esencial de esa formación ha de ser la riqueza moral" (p. 29).
2.2 ¿Cómo surge el concepto de calidad educativa?
El concepto de calidad educativa es relativamente reciente en la literatura pedagógica. A través de la historia, se han ido realizando mejoras en la educación, pero muchos de estos cambios han carecido de continuidad y han quedado sólo en propuestas, debido principalmente a las políticas educativas y a los diversos métodos utilizados para ellos. Estos cambios educativos no han buscado solamente cubrir criterios cuantitativos (número de alumnos beneficiados, mayor número de escuelas, etc.), sino también han considerado aspectos cualitativos que permitan ir mejorando los niveles de enseñanza y aprendizaje adaptándolos a las nuevas exigencias de la sociedad.
A partir de la 2° Guerra Mundial se produce en los países desarrollados, un movimiento para impulsar una mejora cualitativa de la educación tomando en cuenta los nuevos desafíos de la sociedad. Esto hizo que se impusiera en la literatura pedagógica y en las políticas científicas el tema de la "calidad educativa". Sin embargo, a pesar de que el término se había acuñado, carecía de un concepto unificador.
2.3 Definiciones de Calidad Educativa
Lo que sucede con el concepto general de calidad también se produce cuando nos referimos a calidad de la educación: es relativo, subjetivo y disperso.
A continuación, ofrecemos algunas definiciones que hemos intentado clasificar en función a tres preferencias claramente diferenciadas en que se le aborda en literatura especializada: una de ellas procura discutirlo y definirlo en forma constitutiva o conceptual, o sea, busca definirlo teóricamente; la segunda trata de definirlo operacionalmente, es decir a través de un conjunto de indicadores y la tercera elude definirlo. Simultáneamente haremos un análisis, de ellas basado en ejemplos concretos.
1ª propensión:
El autor argentino Pedro Lafourcade (1988), en su obra "Calidad de la Educación" señala que:
"Una educación de calidad puede significar la que posibilite el dominio de un saber desinteresado que se manifiesta en la adquisición de una cultura científica o literaria, la que desarrolla la máxima capacidad para generar riquezas o convertir a alguien en un recurso humano idóneo para contribuir al aparato productivo; la que promueve el suficiente espíritu crítico y fortalece el compromiso para transformar una realidad social enajenada por el imperio de una estructura de poder que beneficia socialmente a unos pocos, …" (p. 1).
Este autor se inscribe en la primera tendencia a la que hacíamos referencia anteriormente, es decir, procura ofrecer una definición teórica del concepto calidad de la educación. Ahora bien, en nuestra opinión, al hacerlo comete el error de darle un carácter adjetivo a la calidad cuando habla de "educación de calidad", presuponiendo entonces la existencia de otra educación "sin calidad". Comete así un error conceptual, pues la calidad de todo objeto, en este caso la educación, está enlazada como un todo, lo engloba por completo y es inseparable de él. El concepto calidad se vincula con el ser del objeto, que, siendo el mismo, no puede perder su calidad. Por lo tanto, toda educación tiene una determinada calidad, ahora bien, esta puede ser de mejor o peor nivel, en la medida en que sus características se acercan o se alejan de los paradigmas antropológicos, filosóficos, pedagógicos, psicológicos y sociológicos que imperen en una sociedad histórico-concreta.
Por otra parte, para nuestra sociedad no es la formación de un "recurso humano" idóneo el objetivo esencial de la educación, sino el que cada hombre y mujer se desarrolle plenamente en correspondencia con sus potencialidades y esté en capacidad y disposición de poner su talento y energías al servicio de la sociedad a partir de los valores universales y nacionales de los cuales se ha apropiado. Además, la educación no sólo debe posibilitar el dominio de un "saber", sino también de un "saber hacer" y de "saber ser". Esto último está determinado por la formación de un conjunto de cualidades de la personalidad que no se reducen a poseer un determinado espíritu crítico, y que posibilita que el individuo aprenda a "vivir junto a los demás seres humanos", aceptándolos como legítimos "otros".
Al interior de esta primera tendencia, podemos significar la existencia de varias subtendencias, la principal de las cuales es sin duda definiciones centradas en el proceso versus definiciones centradas en el producto.
La mayor parte de las definiciones teóricas, relacionan la calidad con los resultados. Una de ellas es la siguiente:
"Una educación será de calidad en la medida en que todos los elementos que intervienen en ella se orientan a la mejor consecución posible" (Cobo, J, 1985, p. 358).
A nuestro entender, una educación vista como una simple revisión de los productos finales hace perder de vista la consideración de la institución educativa como un ecosistema que permite explicar y dar sentido al funcionamiento general y a los procesos mediante los que se desarrolla la actividad docente.