Orientación para padres:
- Consultar con un especialista (pediatra, psicólogo, médico de familia, etc) cuando los tics interfieren en la vida diaria, si van acompañados por sonidos, malas palabras, tos, si afectan alguna parte del cuerpo, si se reiteran frecuentemente.

- Registro de los tics: Es importante que el niño/a con ayuda de los padres, registre en una plantilla, la frecuencia en que se dan los tics. Ello permitirá ver las circunstancias en las que aparecen, como así también, los progresos y aspectos positivos para reducirlos. Acompañar éste registro con el diálogo relajado y el dibujo descriptivo. Ello desmitifica los tics.

- Descripción y detección de los tics. Toda la información que se pueda adjuntar, será de mucha utilidad para comentar a los especialistas y abordar según sea conveniente.

- Identificación de las situaciones que afectan a la ocurrencia de los tics: Señalar y describir las situaciones, el momento en que aparecen, delante de que actividad, frente a que personas, etc.

- Relajación. Será progresiva y es recomendable que se practique diariamente. Incluir música y elementos que favorezcan la relajación (cremas, perfumes aromáticos, etc).

- Aprender y practicar las reacciones incompatibles con los tics.

- Evitar la culpabilización, la ridicularización y la represión de los tics. Este tipo de iniciativa no lleva a un buen término. Estas actitudes propician la acentuación.

- Iniciar el control de los tics: Los tres pilares básicos son a) crear confianza, b) fortalecer la autoestima y c) trabajar las visualizaciones.

¿Qué son los tics?

 

Referencias

Pearce, J. (1996). Buenos Hábitos y Malos Hábitos: De la vida en familia a la vida en sociedad. Madrid: Paidós.
Vera, M. N. & Vila, J. (1995). Técnicas de Relajación. En V. Caballo (Eds), Manual de técnicas de terapia: modificación de la conducta. (pp. 161-181). Madrid: Siglo Veintiuno de España editores
Wolpe, J. (1990) Práctica de la terapia de la conducta. México D. F.: Ed. Trillas.