Generalmente los chicos con ADHD son vistos como chicos que hablan mucho, pero cuando son expuestos a situaciones de evaluación donde deben organizar y generar lenguaje como respuesta a algo específico, responden en forma pobre, sintética y disfluente (piensan más rápido de lo que hablan y tartamudean o utilizan muchas muletillas) y su nivel de organización del lenguaje resulta poco eficiente.
EL ADHD EN LAS TRANSICIONES DE ACTIVIDADES
Los niños con ADHD presentan dificultad para cambiar de actividades y enfocar la atención nuevamente. Por ello es recomendable tener un plan de trabajo organizado yendo de actividades estructuradas a menos estructuradas según va disminuyendo naturalmente el nivel atencional.Es importante en una sesión de tratamiento al igual que en la escuela, fragmentar la hora por actividades. Esto favorecerá al ADD en todo sentido: (1) a organizar el tiempo (impulsivo, desorganizado en sus actividades y tiempo); (2) a enfocar la atención (períodos de atención cortos); (3) a trabajar en forma eficaz (tiende a aburrirse).
HABILIDADES DE ORGANIZACIÓN
Dado que un ADD tiene dificultad en el manejo del tiempo y organización de las actividades, tiende a olvidar lo que debe hacer y no completa sus tareas, es necesario ayudarlo a que se organice dándole una estructura a la que se pueda aferrar. Cuando es pequeño será tarea de los padres organizarle un horario con las actividades que debe cumplir (tanto en la casa como en el colegio). Necesitarán de un apoyo constante del adulto para que adquieran el hábito de realizar cada cosa en su momento. Una vez habituados a esta “organización” podrán manejarse en forma más independiente.
HABILIDADES AFECTIVAS / MANEJO EFICAZ
Los chicos con ADD aprenderán con más éxito cuando el lenguaje corporal del adulto adquiera sentido para ellos. El lenguaje corporal implica el contacto visual, acompañamiento físico, expresión facial, gestos, y proximidad física. Este lenguaje le da al estudiante ADHD un inmediato feedback y le comunica lo que el adulto intenta expresar. Por lo tanto, estos chicos rendirán mejor en un ambiente con un adulto que posea estas habilidades que refuerzan sus límites conductuales. Es difícil hacer contacto visual con estos chicos ya que se distraen con frecuencia mirando a su alrededor y tienen dificultad en atender a una sola cosa a un tiempo. Por otro lado, pueden estar mirando fijamente al adulto pero estar perdidos en otra cosa y no escuchando lo que uno dice. Por ello, está en la habilidad del maestro el mantener su atención utilizando apoyaturas corporales.
PROBLEMAS ASOCIADOS AL ADHD
Además de los problemas primarios de inatención, impulsividad, hiperactividad o inhabilidad para controlar su conducta y sus consecuencias, los chicos con ADHD son más propensos a tener otro tipo de problemas.
Problemas de Aprendizaje
Los chicos con ADHD son más propensos a tener problemas de aprendizaje. Un problema específico de aprendizaje se define por una diferencia significativa entre el nivel de aptitud y el rendimiento en un área específica (matemática, lectura o escritura). Son problemas de aprendizaje la Dislexia, Discalculia, Disgrafía.
Problemas motrices
Un 52 % de los ADHD presenta una pobre coordinación motriz, generalmente en actividades que requieran motricidad fina, aunque también en la motricidad gruesa. Esta dificultad se traduce generalmente en una disgrafía, que sumada a la falta de interés por la tarea, se refleja claramente en los cuadernos incompletos, desorganizados espacialmente, cosas incompletas e inentendibles.
Trastornos del lenguaje hablado
Generalmente los chicos con ADHD son vistos como chicos que hablan mucho, pero cuando son expuestos a situaciones de evaluación donde deben organizar y generar lenguaje como respuesta a algo específico, responden en forma pobre, sintética y disfluente (piensan más rápido de lo que hablan y tartamudean o utilizan muchas muletillas) y su nivel de organización del lenguaje resulta poco eficiente. Esto denota que el problema no se centra en una dificultad específica en el lenguaje sino más bien en un proceso cognitivo superior que debe organizar y monitorear el pensamiento y la conducta.