En el presente ensayo abordo la temática a de la problemática de la lectoescritura desde la experiencia personal como una forma de proponer alternativas para una efectiva enseñanza de la lectoescritura en nuestros niños.
La escuela ante el problema de la lectoescritura
Pensemos y reflexionemos: ¿Alienta la escuela la posibilidad de arriesgar y de cometer errores en los niños? Personalmente, creo que no lo hace, y en ello, estamos vulnerando no sólo su derecho a aprender sino su estilo innato de aprendizaje.
En la escuela hemos fragmentado el lenguaje, creyendo que así era más fácil para los niños, lo hemos hecho más difícil, pues hemos pospuesto su propósito natural que es la transmisión de significados.
En nuestro sistema educativo, tanto en lectura como en escritura priorizamos los aspectos superficiales, y no la comunicación. De muchas maneras, prohibimos que los niños cometan errores y así reprimimos de una manera muy eficaz, los deseos del niño de comunicar y esto lamentablemente lo hace inseguro y dependiente.
El niño no aprende a leer y a escribir para hacer tareas o para ser promovido de año. El futuro no es algo que a un niño le preocupe. Como dice el Dr. Tonucci: "Un correcto proceso educativo debería preocuparse siempre por el presente, intentando no arruinar lo que se ha hecho en el pasado y utilizarlo en todas sus potencialidades".
El niño, por lo tanto, necesita aprender cosas que le sean de utilidad hoy y no mañana. ¿Y para qué? Para resolver pequeños problemas, para sentirse feliz, pleno, satisfecho y capaz.
Un gran número de niños aprende a leer y a escribir con una moderada eficacia. Sin embargo, han aprendido a considerar a la lectura y a la escritura como actividades aburridas y agotadoras, que se deben hacer sólo cuando es absolutamente necesario. Pueden leer y escribir, pero no eligen hacerlo libremente.
Siguiendo con esta línea, la de tratar de enmarcar una nueva aproximación a la lectoescritura teniendo en cuenta una "real cultura de infancia", entonces tenemos que el niño requiere aprender a leer y a escribir en situaciones reales de lectura y escritura, como procesos constructivos y dinámicos y no como una secuencia de pasos sin sentido, que se tornan rápidamente en desagradables y tediosas.
¿Por qué se hace difícil enseñar la lecto escritura?
Para concluir, formulo la siguiente pregunta: ¿Por qué muchas veces la lectura y la escritura se hacen tan difíciles de aprender en nuestras aulas, particularmente en la zona del distrito de salitral en la provincia de Morropón? Y creo que ello obedece a que muchos de los docentes , en su gran mayoría no se hallan plenamente identificados con el problema, por el contrario dejan de lado la preocupación y asumen que el niño será reforzado en casa y que son los padres quienes deberían inculcar a sus hijos el amor por la lectura y la escritura.
Propuesta para mejorar la lectoescritura
Para concluir considero que podemos mejorar el desarrollo de la lecto escritura a través de ofrecer a los educandos la motivación necesaria por leer y escribir, ofreciéndoles una oferta variada de lecturas, revistas y libros de diversos temas, géneros y autores. El alumno debe tener libertad para elegir lo que desee leer, de acuerdo a su capacidad lectora e intereses.
Asimismo se puede motivar colocando ejemplares de cuentos, revistas y libros en la biblioteca o salón. debemos promover conversaciones sobre autores, temas o asuntos tratados en los libros. Estimule a los estudiantes a comentar sobre situaciones o personajes interesantes que hayan encontrado en sus lecturas. Lea en voz alta a los estudiantes fragmentos interesantes de la obra que les va a asignar. Invite a autores e ilustradores a su salón. Prepare reseñas de los libros que desea recomendar.
Por otro lado creo firmemente que todo docente debería promover la adquisición de destrezas de lectoescritura, estimulando a los niños a crear sus propios poemas y cuentos; invítelos a redactar cartas, resúmenes, invitaciones, felicitaciones, anécdotas, ensayos, chistes, informes, reportajes, noticias, anuncios, lemas, etc. El niño que produce sus propios textos se entusiasma con la lectoescritura. Todo escritor es el primer lector de su obra.
También se puede estimular la lectoescritura mediante la exploración de conceptos basados en la interpretación de fotos, dibujos, vídeos, ilustraciones de cuentos, composiciones musicales y letras de canciones. Las actividades que se lleven a cabo deberán proveer ejercicios en los cuales se articulen e integren las cuatro artes del lenguaje: hablar, escuchar, leer y escribir. Por ejemplo, Si el estudiante escucha la narración de un cuento se debe proveer para que escriba sobre éste, (bien sea desde el punto de vista informativo o desde el punto de vista creativo), lea su escrito y lo comente
Finalmente , si algo me queda claro a mí, como maestra, al vivir este tipo de experiencias, es que estos pequeños, saben que vale la pena escribir, que vale la pena leer y que lo que ellos tienen que decir es verdaderamente importante
Referencias
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Ruiz Otero, Silvia, Ehrsam Gatica y Roberto Max, Manual para un taller de expresión escrita, Universidad Iberoamericana, México, 2001.