Las peculiaridades de cada pueblo hallan un fiel reflejo en sus juegos y en sus juguetes, por lo cual se entiende que cada sociedad deja su « imprompta » en los productos que concibe y en la manera de realizarlos. Podemos ver que en los procesos de producción entran en primera instancia los materiales que se emplean , los que a su vez son seleccionados por múltiples canales.
Corroboramos lo dicho con la siguiente observación de juego:
Dos niños de aproximadamente 5 años cada uno, sentados en el tren, uno frente a otro (tal vez este ejemplo pertenezca ya al pasado, pues constantemente aparecen nuevos personajes para alimentar la competencia) tienen en sus manos dos pequeños muñecos de plástico con todos sus atuendos que pertenecían a la colección « Dueños del Universo ». Uno tiene a Musclor, que es el personaje bueno y el otro a Demon que representa al malo.
Uno de los niños dice: Yo soy Musclor, de los dominios del bien, tengo que mostrar constantemente mis poderes de hacer el bien, porque si nó me debilito y los otros me pueden atacar.
Y siguieron hablando en ese contexto ya determinado, en el que habría mucho para analizar.
El pequeño no hacía más que repetir las frases memorizadas, impuestas por la TV; no agregaba tampoco esta vez nada de su imaginación espontánea, y todos conocemos el valor proyectivo del lenguaje en el juego.
Acá el juego estaba ya de antemano contaminado y dirigido por la mente adulta que crea este tipo de personajes, así como muchísimos otros.
Con referencia a las niñas, ellas poseen también personajes femeninos, en este caso, la difundida muñeca con cuerpo de señorita de 29 cm. de alto, a la que se le aporta constantemente nuevos elementos que en aras de proveer una mayor variedad en el juego, están realmente propendiendo a una mayor variedad en el mercado.
Todos estos muñecos y muñecas(con y sin identidad propia) intervienen o forman parte de los juegos dramáticos.
La diferencia entre los muñecos que sustentan un personaje determinado, con respecto a las muñecas clásicas, sin identidad, se pone de manifiesto cuando la niña o el niño que juega tiene la posibilidad de establecer su dominio en esas situaciones y desarrollar su imaginación, tantas veces proyectiva, en diálogos y escenas, manejando circunstancias y actitudes, creando escenarios y conversaciones generados por ellos. La conducta lúdica frente a estos juguetes se manifiesta diferente de las situaciones estereotipadas a que conduce el trato con protagonistas de historias, como ya hemos dicho, preconcebidas por el adulto que llegan por los canales televisivos o por revistas de historietas. En estas nuevas circunstancias la imaginación infantil se reduce meramente a adaptar parámetros, pués el espacio de intervención no propicia en general, el lugar permisivo para una actividad espontánea.
III- La situación del juguete en la sociedad y en la oferta del mercado.
Propongo abordar aquí algunas definiciones que resultan reveladoras para enfocar el panorama actual del juguete:
La etnotecnología se define como el estudio de la interacción de una sociedad y su tecnología.
Ella considera el impacto de la técnica en su sentido mas amplio: fábricas, medios de transporte, instrumentos automáticos, eléctricos o electrónicos, etc, sobre la vida cotidiana de los individuos en el seno de una sociedad determinada, así como las consideraciones recíprocas de éstos, la interacción individuo-elemento y su influencia en los individuos entre sí. Vasto tema social que incluye múltiples facetas y que abarca también obviamente los juguetes dentro de los productos que emergen de las diferentes técnicas.
Las peculiaridades de cada pueblo hallan un fiel reflejo en sus juegos y en sus juguetes, por lo cual se entiende que cada sociedad deja su « imprompta » en los productos que concibe y en la manera de realizarlos. Podemos ver que en los procesos de producción entran en primera instancia los materiales que se emplean , los que a su vez son seleccionados por múltiples canales. Damos por entendido que los climas y la geografía tienen clara influencia en este terreno.
Así constatamos que las sociedades mas primitivas cuentan de manera indispensable con los elementos que les brinda la naturaleza (madera, paja, barro, carozos de frutos, conchillas marinas, etc) e infinidad de otros materiales o materias primas a los que se recurre para luego transformar en objetos de uso adecuado a distintas necesidades.
Generalmente se trabajaba con ellos artesanalmente. En esta posibilidad no debemos excluir que en otro tipo de sociedades más evolucionadas existen siempre individuos que privilegian estos procedimientos artesanales, que algunos denominan como primitivos, y que en realidad contemplan la posibilidad de un uso libre de materiales naturales que no necesitan imperativamente la intervención de complejas maquinarias para su producción, y responden fácilmente a los requerimientos de quienes los trabajan.
Considerando que las sociedades mas evolucionadas en posibilidades poseen fábricas que producen masivamente los productos, son ellas quienes tienen mas fácil acceso a los despliegue de medios tecnológicos.
Sabemos que entre los objetos culturales que la sociedad produce, se encuentran los juguetes, objetos especialmente dedicados a los niños, los que por sí mismos dicen mucho más de lo que representan como objeto lúdico.
En este contexto comprobamos que el JUGUETE corresponde a una intención del adulto, puesto que es concebido, fabricado y obsequiado por el adulto al niño para que éste juegue; y que más allá del objetivo lúdico que lo motiva: el juego, trae aparejada una práctica social, la mayoría de las veces afectiva: el regalo.
Este objeto también nos otorga datos que nos permiten conocer someramente algunas facetas de la organización ideológica cultural y mental de las sociedades, que lo producen, concomitantes con su política económica, a la que no puede escapar ningún producto industrializado. Ellos nos remiten a una generalidad cultural que en muchas oportunidades, expone los alcances tecnológicos de la sociedad que lo ha producido.
Siguiendo con las definiciones podemos citar que la ludonomia es al juego, lo que la ergonomía es al trabajo.
Se define la ergonomía del trabajo como un conjunto global de técnicas que conducen a mejorar o a velar por las mejores condiciones del trabajo dentro de una sociedad o medio en que se ejecuta o produce.
La ludonomía es entonces una tecnología multidisciplinaria al servicio del ser humano para mejorar y optimizar las condiciones de la actividad lúdica.
La ludonomía se aplica en consecuencia a la interacción « niño-juguete » y a un amplio marco de juego y de vida; para considerar la accesibilidad de los objetos utilizados, sus características (educativas y lúdicas), su seguridad durante su uso, etc.
Sugiere, selecciona y privilegia materiales para producir los elementos lúdicos: que sean inofensivos en su trato por quienes los utilizan, considerando una serie de condiciones que velan por la seguridad de niños y niñas durante el juego. Reglas de seguridad con respecto a la fabricación de los juguetes han sido redactadas a nivel internacional, y en ellas se consideran tanto los materiales, como las pinturas no tóxicas, pegamentos y formas de ajustes, así como algunos agregados tales como la longitud de cordones y gran variedad de detalles estudiados con rigurosos criterios de seguridad y de cuidado hacia los pequeños.
Ella tiene en cuenta que el niño , en pleno crecimiento, no solo es mas sensible a la carga de actividades impuestas puesto que es menor, sino también que por ser mas receptivo es mas maleable, mas modelable, mas educable, y por cierto mas vulnerable en muchos planos, por lo que recomienda al adulto a redoblar por ello su prudencia y su solicitud.
Desde esta óptica la ludonomia privilegia por sobre todo el respeto al ser en desarrollo y trata de encarar un constante perfeccionamiento del medio para su adaptación. Por lo tanto toma también en cuenta la mejora progresiva de la calidad del juguete.
Vemos en estos conceptos la preocupación tanto científica como afectiva del adulto por ofrecer a los pequeños juguetes que les sean propicios, dentro de un marco de seguridad, en condiciones óptimas, así como también de respeto a sus posibilidades e intereses, según la etapa evolutiva de su desarrollo.