Un niño en tratamiento conduce inevitable y obligadamente a las consultas con los padres que de entrevistas pasan a transformarse en un espacio de apoyo y sostén de la estructura y el Contrato.
Si Una petición es un derecho que tiene toda persona para acudir ante las autoridades competentes por motivo de interés público (del derecho), hay un derecho que no le fue asignado a un niño, un analista funciona desde un marco de legalidad reparadora de todo el entorno familiar a tratar.
Un niño en tratamiento conduce inevitable y obligadamente a las consultas con los padres que de entrevistas pasan a transformarse en un espacio de apoyo y sostén de la estructura y el Contrato.
La legalidad de la falta de significante de los participantes de la pareja de los padres, vuelve como significante: agujero donde cae el niño; frente a esto el niño reacciona por falta de ubicación entre ambos actores; no se reconoce en ellos, en la legalidad ya escrita pero ahora falseada.
Cuando algo fue bien escrito, nada ni nadie lo borra; lo que seguirá escribiéndose, si no sigue la línea, hay enfermedad en el niño, porque no son como nosotros, los adultos, que convivimos con ambivalencias y contradicciones.
El niño, al ser un sujeto en forma, al no tener su aparato psíquico completamente formado, la causa no es un significante que pueda ingresar, que se pueda inscribir.
Esto viene de la lógica: - + - = +: cuando los signos son contrapuestos, da prevalencia a uno como representante de dicha inscripción; pero si los signos son iguales, da como resultado el significante.
El síntoma aparece como signo menos: da cuenta de la obturación de una falta.
La falta funciona como un signo +, y el taponamiento como un signo -, el resultado es negativo.
Cuando el niño es objeto de la madre, funciona en ese signo +, siendo + para ella.
Pero la banda entonces no se corta, es un corte en apariencia.
Que haya niños que vayan por la vida como personas que van por la vida teniendo apariencia de vida normal, no significa que verdaderamente eso sea; nada tan falso como lo verdadero, si lo vemos como un espejo que puede y pierde el fondo a lo largo del tiempo, volviendo a convertirse en un mero y simple vidrio.
Tener una vida normal es andar dando miles de tropiezos sin advertirlo; he ahí el lugar de la falla en la ley, la falta de previsibilidad de un marco previo.
Porque la vida normal es lo anormal por naturaleza, porque el amor no es de la naturaleza.
El amor es una causa que hacemos los seres humanos para liberarnos del odio y contra el cual luchamos.
Si los niños muestran sus síntomas en la escuela, es porque, muy lamentablemente, vuelven a encontrarse con esto en ese lugar.
Decentes los que trabajan por el rasgo que los identifica y no por el salario y por salir de sus casas, y por el padre de su trabajo, cuya causa son los niños con la que fueron causados.
Cada padre intenta reparar la falla originaria.