La intervención activa del chico es también requerida en los juegos de construcción, que presentan piezas para relacionar, yuxtaponer, apilar, combinar, y finalmente obtener formas que podrán ser reconocidas como algo dándole posiblemente un nombre, aunque la forma real obtenida diste mucho de lo convencional.
II -
Algunos aspectos significativos de la relación del niño con el juguete
Del vínculo que se establece entre el sujeto que juega y su objeto lúdico se desprende que el juguete aporta:
· un valor
funcional determinado por sus posibilidades de uso,
· un valor
afectivo, cuando se comporta en receptor de emociones y sentimientos
· y un valor
cognitivo al vehiculizar la adquisición nuevos conceptos, nociones y experiencias.
A estos importantes valores, el niño le agrega aún una
dimensión simbólica que sólo a él le pertenece.
Enfrentando esta propuesta, y abordando en forma secuencial su vinculación con el niño, damos por sentado que el interés educativo del juguete con respecto al niño comienza desde su mas temprana edad, desde la cuna, como estímulo importante de su despertar sensorial y motriz, ocupa luego un rol preponderante como elemento lúdico-pedagogico en la educación preescolar, y constituye siempre, en todas las edades y en todos los medios sociales un inestimable objeto lúdico mediador del juego, así como un lazo afectivo entre el adulto que lo ofrece y el niño que lo recibe.
Para interpretar esta relación, tomada desde diferentes marcos conceptuales, algunos profesionales de la niñez, que han estudiado las conductas lúdicas infantiles, han también analizado y clasificado sus juguetes, al considerarlos como mediadores del juego. Así es que se pueden encontrar distintas y variadas
clasificacionesde los juguetes:
· Clasificación evolutiva según las edades de los niños, determinando los juguetes que corresponden a etapas específicas del desarrollo infantil, y que van acordes a sus posibilidades físicas de manipulación y a su capacidad mental
· Clasificación
funcional ,según su uso en:
- Juguetes
afectivos (receptores de sensaciones y emociones)
-
didácticos, ( para el desarrollo intelectual y cognitivo)
-
juegos de construcción, (iniciativa, espacio, complementareidad, etc.)
-
juguetes y elementos para el desarrollo físico
-
productos para ejercer actividades artísticas, etc.
La variedad de juguetes existentes cuenta con otras clasificacones que se atienen a distintos parámetros.
En este estudio, y asumiéndome desde otra perspectiva, propongo aquí
un nuevo tipo de clasificación que se desprende de la relación que se va desarrollando entre estos tres entes protagonistas: adulto-juguete-niño.
El adulto que concibe, realiza, produce y tiene poder de decisión sobre la adquisición del juguete.
El juguete en sí destinado al niño, que adquiere en sus características los atributos y las iniciativas que el adulto le adjudica.
El niño como destinatario del juguete, que es quien recibe esas propuestas y que como utilizador del producto podrá también agregarle en muchos casos, una dimensión simbólica propia.
Esta nueva
clasificación está basada en los atributos del juguete en sí, como producto socio-cultural, valorizando la actividad del niño, por lo tanto en cada clase se encuentran comprendidas y entremezcladas todas las categorías de juguetes pertenecientes a las distintas clasificaciones clásicas vistas hasta hoy.
Es importante hacer acá la salvedad de que cualquier objeto puede ser susceptible de transformarse mediante la connotación simbólica que el pequeño le quiera atribuir, así un trozo de tela enrollado puede tomar el rol de una muñeca, un palo, un caballo para montar. Pero no son estos los atributos que tendremos en cuenta para esta nueva clasificación, sino las propiedades específicas de que viene dotado el juguete producido por la sociedad.
Se trata de establecer aquí las diferencias que se manifiestan entre los juguetes que ofrecen a los niños distintas posibilidades de acercamiento, de
intervención y de interacción con ellos y que llamaremos:
Clasificación según la propuesta de Espacios de Intervención:
Entre la inmensa variedad de la oferta comenzamos por establecer 3 grandes categorías que serán graduadas en esta clasificación:
1)- Juguetes racionales o de Participación indispensable
Esta primera categoría estaría relacionada a la actividad que el niño puede desarrollar
motivado por ese producto, cuyo uso reclama la intervención activa y creativa de los usuarios:
Un ejemplo de ello son los títeres, cuya
voz debe ser aportada por quien lo maneja, también las marionetas, cuyos movimientos se obtienen dirigiendo los hilos de los que están sostenidos, y así se consigue hacerlos caminar, darse vuelta etc.
La intervención activa del chico es también requerida en los juegos de construcción, que presentan piezas para relacionar, yuxtaponer, apilar, combinar, y finalmente obtener formas que podrán ser reconocidas como algo dándole posiblemente un nombre, aunque la forma real obtenida diste mucho de lo convencional.
También se incluyen en esta categoría los juegos educativos, realizados para que los niños actúen sobre ellos, al mismo tiempo que van adquiriendo nociones y destrezas.
Con el mismo fin se producen los puzzles de diferentes cantidades de piezas.
Todos los juguetes citados hasta ahora presentan un acabado que pudiera llamarse incompleto, ya sea como los títeres y marionetas que necesitan de la intervención del niño para cobrar vida y participar del juego, o ante la presencia de piezas sueltas como los juegos de construcción o puzzles, o dominós u otros juegos educativos. Ellos proponen un espacio de intervención amplio, e indispensable, y motivan e incitan al juego.
Pelotas, aros y muchos otros proponen a los usuarios actividades físicas que comprometen todo el cuerpo, lo que contribuye a la adquisición de destrezas. Ellos también están comprendidos en esta primera categoría.