Desde el punto de vista de los trabajadores, un estudio realizado en 1992 por la compañía de seguros Nothwestern National Life Insurance Company señala que hasta un 40% de los trabajadores evaluados consideran que su trabajo es “muy estresante” o “extremadamente estresante”.
Existen seis maneras principales mediante los cuales se desmoraliza y desmotiva a los empleados:
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Sobrecarga laboral: demasiado trabajo que hacer en muy poco tiempo y con escaso apoyo. A medida que aumenta el ritmo, la complejidad y las exigencias del trabajo, la gente se siente abrumada. El aumento del trabajo reduce el tiempo libre que la gente podría dedicar a recuperarse. El cansancio se acumula y el trabajo se ve afectado.
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Falta de autonomía: ser responsable de la tarea, pero con escaso poder de decisión sobre cómo realizarla. El excesivo control gerencial y la rigidez de las normas pueden afectar el desempeño pues se ven limitados a realizar cambios y esto los lleva a la frustración. Lo que conlleva a una disminución de la responsabilidad, la flexibilidad y la innovación
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Falta de recompensas: recibir muy poca paga por más trabajo. La sobrecarga de tareas, sumada a la inseguridad laboral, despoja al trabajo de su placer intrínseco.
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Pérdida de vínculos: Creciente aislamiento en el trabajo. Las relaciones personales son el factor que torna excelente a un equipo. Las asignaciones de tareas hechas al azar disminuyen la sensación de compromiso con el grupo laboral. Al desintegrarse las relaciones se erosiona el placer que brinda la sensación de comunidad con los compañeros.
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Injusticia: falta de equidad en el trato a la gente. La falta de justicia crea resentimiento, ya sea por desigualdades en la retribución o en la carga de trabajo, por falta de atención a las quejas o por políticas autoritarias. A falta de un diálogo sincero, se acumulan los resentimientos. El resultado es falta de entusiasmo por los objetivos de la empresa.
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Conflicto de valores: contradicción entre los principios de una persona y las exigencias de su trabajo. Quien hace un trabajo reñido con sus principios se desmoraliza y llega a poner en duda el valor de lo que hace.
El resultado de estas malas prácticas empresariales es fomentar el agotamiento crónico, el cinismo y una pérdida de motivación, entusiasmo y productividad.
Estudios sobre el tema.
Desde el punto de vista de los trabajadores, un estudio realizado en 1992 por la compañía de seguros Nothwestern National Life Insurance Company señala que hasta un 40% de los trabajadores evaluados consideran que su trabajo es “muy estresante” o “extremadamente estresante”. Tres de cada cuatro trabajadores sienten que actualmente se vive más estrés en el trabajo que hace una generación atrás; además opinan que los problemas en el trabajo tienen una relación mucho más estrecha con sus problemas de salud que cualquier otro aspecto de su vida, incluidos problemas económicos y familiares