Los juguetes tienen una influencia muy importante en el juego. Algunos juguetes tienden a promover un juego de mayor calidad que otros. Los juguetes multipropósitos y desestructurados, como arcilla, bloques, figuras genéricas y muñecas, alientan un tipo de juego que los niños pueden controlar y moldear para satisfacer sus necesidades individuales a través del tiempo.
El juego según la edad:
0 a 2 años: Etapa de los juegos funcionales, el niño ejercita sus funciones ensayando movimientos con las manos y los brazos. Aquí tienen lugar los juegos “hedonísticos” o de búsqueda de placer. La inteligencia es motriz, lo que implica que no representa a los objetos sino los tiene delante y se pierden cuando desaparecen de su campo visual. Su principal actividad es exploratoria, busca el objeto nuevo porque necesita manipularlo.
2 a 7 años: Aparece en el niño (a) la capacidad de representación simbólica. Ya puede representar objetos sin necesidad de que estén presentes antes sus ojos. Adquieren gran importancia los juegos de imitación. En esta etapa los juguetes deben servir para despertar y fomentar la fantasía.
7 años en adelante: Ya las reglas del juego están instauradas y adquieren su mayor importancia los juegos sociales.
Importancia de los juguetes:
Los juguetes tienen una influencia muy importante en el juego. Algunos juguetes tienden a promover un juego de mayor calidad que otros. Los juguetes multipropósitos y desestructurados, como arcilla, bloques, figuras genéricas y muñecas, alientan un tipo de juego que los niños pueden controlar y moldear para satisfacer sus necesidades individuales a través del tiempo. Los juguetes muy realistas o estructurados, como los muñecos de acción que se basan en programas de TV o películas y, también, en muchos vídeos juegos, pueden tener un efecto opuesto. Les "indican" a los niños cómo deben jugar y los pueden guiar a jugar con temas particulares de modos particulares, simplemente usando juguetes que intentan imitar lo que ven en la pantalla del televisor o el cine. La mayoría de los juguetes que más se venden en la actualidad corresponden a la categoría de los muy estructurados, que están estrechamente vinculados con los medios de comunicación. En la medida en que los estantes de juguetes de los niños y niñas estén repletos de este tipo de juguetes, el juego y el aprendizaje sufrirán las consecuencias.
Cuando los niños se tornan dependientes de los juguetes que les indican a qué jugar y les muestran cómo hacerlo, utilizan su tiempo de juego imitando los guiones de otras personas. Como resultado, la imaginación, creatividad y capacidad de los niños para encontrar problemas interesantes para explorar y resolver, plataforma que contribuye al éxito en la escuela, también puede ser socavada.
Con el tiempo, los niños se pueden convertir cada vez más dependientes de los juguetes que les muestran cómo jugar y se les hace difícil poder crear su propio juego o usar juguetes con fines abiertos, que puedan controlar. Muchos niños rápidamente se aburren cuando no tienen cosas que les muestren qué y cómo jugar. También se asocian cada vez más a la televisión y a los video- juegos, como una forma de remediar su aburrimiento.
El juguete ante todo debe ser un material facilitador de la actividad que deseamos ejercitar mediante el juego. Ejemplo: si el niño está construyendo una torre con cubos, lo importante no son los cubos ni la torre, sino la misma construcción.
En cuanto a las características de un juguete es importante que cumpla dos requisitos básicos:
Creatividad: El juguete debe cubrir las necesidades que presenta el niño en la evolución de las diferentes funciones y destrezas: psicomotricidad, habilidades básicas, inventiva, adaptación e integración social. El juguete debe ser abierto, no restrictivo, y que deje un margen muy importante para la imaginación. De ahí, que los juguetes más sofisticados son los que menos desarrollan la inventiva del niño que en muchas ocasiones se convierte en un simple espectador de “tanta maravilla”, cuando lo ideal es que sea el actor protagonista.
Valor educativo del juguete: El objetivo es canalizar la energía que el niño despliega para incrementar y fomentar el desarrollo de sus habilidades y destrezas.