La psicomotricidad considera al movimiento como medio de expresión y comunicación, al mismo tiempo que favorece el desarrollo armónico de la personalidad.
El término psicomotricidad se divide en psico (psicología) y motricidad (motriz), por lo tanto, se refiere a todo lo relacionado con las relaciones existentes entre la psicología y la motricidad.
Podemos decir entonces que la psicomotricidad es una disciplina para ayudar a los niños a desarrollar su movimiento corporal, la relación con los demás, controlar sus emociones y conocimiento, integrando todo entre sí. En otras palabras, cuando hablamos de psicología del niño nos referimos a todo lo relacionado con su personalidad, autoestima, conocerse a sí mismo, sus relaciones y emociones. Y cuando hablamos de motricidad nos referimos al conocimiento y, o consciencia de su cuerpo, moverse, manipular objetos, equilibrio y contacto. Por tanto, el desarrollo de la psicomotricidad le permite al niño controlar mejor sus movimientos e impulsos emocionales y adaptarse mejor al medio social, familiar y escolar.
¿Para qué sirve la psicomotricidad?
La psicomotricidad considera al movimiento como medio de expresión y comunicación, al mismo tiempo que favorece el desarrollo armónico de la personalidad.
En una sala de psicomotricidad los niños pueden girar, rodar, caminar, equilibrarse, construir, destruir, pero sobretodo gozar y reír. Son acciones que a los niños les producen placer pero que al mismo tiempo favorecen su desarrollo corporal y la construcción de su propia identidad.
La vivencia del movimiento favorece el aprendizaje de la lectura, la escritura y el cálculo.
Es importante estimular la psicomotricidad desde edades tempranas para tener un buen desarrollo físico y psicológico.
La planificación de las actividades debe hacerse ajustándose a la edad del niño. La psicomotricidad también comprende actividades de estimulación lingüística como la imitación, la identificación de conceptos abstractos simples y la formación de estructuras sintácticas sencillas.