La cultura y la agricultura se hermanan en riqueza y diversidad, y son los soportes económicos, productivos y sociales básicos de la vida en las comunidades de las zonas altoandinas del Perú. Pero nos encontramos con el principal problema, la escuela, que se encarga de desarraigar a los niños de su cultura y su lengua, enfatizando su enseñanza en el: “tienes que aprender a leer y escribir, si quieres progresar y sino te quedaras rascando la tierra como tu padre”
Experiencia educativa: Niñez y biodiversidad en los Andes del Perú.
Elena Pardo Castillo
Rocio Achahui Quenti
La cultura y la agricultura se hermanan en riqueza y diversidad, y son los soportes económicos, productivos y sociales básicos de la vida en las comunidades de las zonas altoandinas del Perú. Pero nos encontramos con el principal problema, la escuela, que se encarga de desarraigar a los niños de su cultura y su lengua, enfatizando su enseñanza en el: “tienes que aprender a leer y escribir, si quieres progresar y sino te quedaras rascando la tierra como tu padre”
Frases como estas dichas por los maestros de la escuela a los niños de una comunidad, generan el alejamiento de sus raíces y expresiones culturales propias y muestran realmente la falta de respeto que el sistema escolar oficial tiene por los valores ancestrales y la cultura de las comunidades andinas, lo que hace peligrar la transmisión y regeneración de conocimientos de padres a hijos.
Pero no sólo la identidad cultural es afectada con los “conocimientos” impartidos en la escuela, sino también las actividades agrícolas o ganaderas que caracterizan a las comunidades. Las capacidades y competencias de la estructura curricular oficial están formuladas en términos generales, para que luego sean diversificadas para adecuarse a las características y exigencias de cada lugar; en la práctica la mayoría de los docentes de las escuelas no lleva a cabo esta diversificación.
Los textos escolares que distribuye el Ministerio de Educación están descontextualizados y desconectados de la cultura y lengua de los niños y niñas de las comunidades rurales, y en su mayoría sólo reflejan la vida en la ciudad. La lengua indígena se utiliza como instrumento para implantar los valores occidentales. Los valores de la cultura andina en todas sus expresiones: lingüísticas, artísticas, de cosmovisión, de conocimientos en agricultura, crianza de animales, medicina y otros, están fuera de la escuela. Es así como el sistema educativo oficial contribuye a desarraigar a los niños y niñas de sus raíces y su cultura.
La aplicación de la educación bilingüe intercultural propiciados por el Estado peruano tiene muchos años de experiencia y aún no ha logrado los resultados esperados, porque solamente se ha puesto énfasis en los aspectos vinculados a la lengua, dejando de lado los demás aspectos de la cultura. Por otro lado, los docentes aplican la educación bilingüe por presión que reciben de las autoridades educativas para cumplir con las normas del Estado o de alguna institución que promueve estos programas, pero no porque sean conscientes que los niños tienen derecho a educarse en su lengua materna y a que su cultura de origen sea respetada.
En nuestra niñez muchos fuimos parte de la comunidad. Los abuelos nos hicieron vivir a la manera de ella, el sistema educativo nos fue desarraigando poco a poco, imponiéndonos algunos prejuicios y diferentes formas de rechazo a nuestra lengua y cultura. Pero ahora, participando en el “Proyecto de Niñez Biodiversidad” hemos reflexionado que lo que vivimos y aprendimos en nuestra infancia tiene mucho valor para el presente y futuro, personal y de nuestras comunidades, y que podemos aportar para la regeneración de la cultura original mostrando las modalidades de crianza y respeto por la diversidad. Nuestra renovada actitud hacia la biodiversidad, desde la escuela, es una clara respuesta frente al fenómeno de homogeneización biológica y cultural.
Una escuela diferente
El Proyecto se denomina “Niñez y Biodiversidad en los Andes del Perú” y se desarrolla en diez escuelas, ubicadas en nueve comunidades de la provincia de Canchis, en la zona conocida como “provincias altas” (sobre los 3.500 m.s.n.m.) del departamento de Cusco. La propuesta educativa del Proyecto considera la participación de los niños, maestros, padres de familia, y ancianos de cada una de las comunidades, con el fin de intercambiar, socializar, y fortalecer la sabiduría de los participantes con relación a la agricultura.
Para nosotros los docentes que participamos en el Proyecto “Niñez y Biodiversidad en los Andes del Perú” es importante que los niños y niñas, al iniciar su vida escolar lo hagan en su lengua materna con la finalidad de consolidar el proceso de estructuración de su pensamiento, su forma de ver el mundo, su afectividad, su autoestima y su capacidad de expresión oral en su propia lengua. Creemos que debemos seguir aplicando estrategias cuidadosas para la distribución y uso de las lenguas que garanticen, por un lado el dominio de la lengua materna y, por el otro, la apropiación adecuada del español para lograr la competencia comunicativa.
Revertir la corriente de la escuela convencional desarraigadora no ha sido fácil, pero ya se empezaron a cosechar algunos cambios en las comunidades en las que se desarrolla el Proyecto, contamos con docentes amables con el saber de los niños.
La propuesta no echa por tierra los conocimientos impartidos de manera regular en las escuelas, sino que aprovechamos la aplicación de la educación bilingüe intercultural en su real dimensión. Esto significa que para desarrollar la interculturalidad en el aula los docentes tienen que primero afirmar su propia cultura. El Proyecto Niñez y Biodiversidad es el medio que permite tender los puentes entre la escuela y la realidad en que viven los niños y niñas de las escuelas rurales.
El Proyecto busca llevar la sabiduría andina a un nivel discursivo y ponerla en equivalencia con el conocimiento moderno. Hacemos que la escuela sea amable con el saber local de los niños y las niñas, y que de igual manera los docentes sean amables, y sientan y vivan con cariño la cultura nativa local y la propia diversidad cultural.
Las escuelas cuentan con terrenos de cultivo (chacras) en las cuales los niños y niñas siembran una diversidad de cultivos; así mismo, desarrollan pequeños proyectos de afirmación cultural: tejidos, cerámica, música, danzas y comidas. Los maestros en las chacras y en el desarrollo de los pequeños proyectos son los abuelos, padres y madres de familia, que asumen su rol de educadores y el docente es un alumno más.
Los docentes visitan a las familias, participan en algunas actividades agrícolas de la comunidad, mensualmente realizamos reuniones para elaborar las unidades didácticas, evaluar las actividades que desarrollamos en la escuela. Evaluamos si la actividad realizada se orienta o no en la dirección de la afirmación cultural, del reconocimiento de la pluralidad de tradiciones, y de la equivalencia de la tradición occidental moderna con la andina.