ESTRUCTURA DEL REGISTRO:
El Registro logopédico se haya dividido en los siguientes apartados:
Datos de
Identificación del alumno y del centro: fecha de nacimiento, localidad, profesorado tutor y de apoyo que interviene en el proceso educativo del alumno, etc.
Datos referidos a la
temporalización del Tratamiento (tipos de tratamiento, inicio y finalización de los tratamientos, revisiones del tratamiento, etc.)
Datos referidos
al propio lenguaje del alumno/a:
Mención del historial del niño y de sus entorno familiar (carácter genético, familia, enfermedades, etc).
Características físicas del alumno (anatomía buco-fonatoria, respiración, voz, etc).
Otros informes y tratamientos efectuados con anterioridad por un ORL, un EOE o logopedas.
Niveles de su lenguaje:
Fonológico, para su medición pueden utilizarse alguna de las siguientes pruebas: EIL, PEA, RFI, ELA o PLON.
Fonemático, analizando la discriminación auditiva, las gnósicas, el vocabulario y la asociación e integración auditiva. Para su medición se utilizan las pruebas de Quilis, el ITPA o el Peabody.
Semántico, en él analizamos el conocimiento del esquema corporal, las acciones verbales y los campos semánticos, por medio de pruebas de elaboración propia o la prueba de Toronto.
Morfosintáctico, por medio de la prueba Larsp y/o la de los elementos gramaticales.
Pragmático, establecemos su fluidez verbal, las dificultades en el ritmo expresivo, etc.
Información sobre el aprendizaje del alumno: conocimientos, desarrollo lectoescritor (por medio de la prueba TSA), el conocimiento del posible uso de sistemas de Comunicación Aumentativos y/o Alternativos.
Indicación de las
pruebas aplicadas para el desarrollo y elaboración del Registro en el niño al que nos referimos.
DESARROLLO Y APLICACIÓN DEL REGISTRO:
El registro de un alumno concreto surge en el momento en el que el profesorado tutor nos remite el anexo XX (Cuestionario a los Tutores), en donde:
a) nos demandan que llevemos a cabo un estudio del alumno/a en cuestión,
b) nos ofrece la identificación del alumno,
c) nos direcciona nuestra posterior observación con el alumno, indicándonos los fonemas que observa con dificultad, cómo es su forma de expresión oral, si presenta problemas de ritmo, si tiene algún déficit de tipo perceptivo, motórico... etc.
Una vez recogido dicho anexo comenzaríamos por llevar a cabo una reunión con el alumno/a en donde le pasaríamos de forma concreta algunas pruebas sobre los niveles que el profesorado tutor nos ha expresado como deficitarios y otra prueba un tanto más genérica del resto de los niveles lingüísticos. Así como también efectuar algunas observaciones anatómico-morfológicas del aparato fono-articulatorio en colaboración con el/la médico/a de nuestro E.O.E.
Analizada la dificultad tras valorar los resultados de las pruebas que hemos considerado pertinentes pasarle, podríamos proceder a una entrevista familiar o entrevista con otros profesionales que han llevado a cabo interacciones con el alumno/a, con el fin de recoger información complementaria (servicios de salud, pediatras, otorrinos, gabinetes logopédicos o psicológicos, psico-pedagogos del propio E.O.E. o de otros E.O.E.'s donde haya estado matriculado con anterioridad el alumno).
Una vez recogida la información en algunos de sus diversos anexos, quedaría esta anotada en el registro logopédico del alumno, con el fin de proceder a la realización de
a) un diagnóstico de su nivel de lenguaje
b) la elaboración de un programa de tratamiento y la intervención directa con el alumno/a en aquellos objetivos o niveles en los que hemos encontrado dificultades.