El Parkinson juvenil es una realidad pocas veces mostrada. Al ser considerada una enfermedad de personas mayores, suele ser mal diagnosticada en los jóvenes o no se diagnostica.
Generalmente se piensa que la enfermedad de Parkinson es propia de los adultos mayores. Si bien las personas mayores de 65 años ocupan el 70% de la población con Parkinson y el 10% pertenece a aquellos casos de inicio temprano (entre 30 y 50 años de edad), debemos sumar los casos de Parkinson juvenil, es decir, aquellos casos que se presentan antes de los 21 años.
Al ser considerada una enfermedad de personas mayores, suele ser mal diagnosticada en los jóvenes o no se diagnostica.
El Parkinson es una enfermedad neurológica y crónica provocada por la pérdida de los grupos neuronales encargados de producir dopamina, sustancia que nos permite controlar nuestro cuerpo.
Los principales síntomas del Parkinson son temblores en reposo, rigidez muscular y dificultad en el movimiento; problemas de equilibrio y postura y otros síntomas como trastornos del sueño o cambios en la función cognitiva. La enfermedad de Parkinson juvenil es similar en varios aspectos, sin embargo, difiere en otros:
Parkinson en adultos mayores
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Parkinson juvenil
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Rigidez muscular (el músculo permanece contraído durante mucho tiempo) y lentitud en los movimientos
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Rigidez muscular y lentitud en los movimientos
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Temblor prominente en manos, brazos, piernas, mandíbula y cabeza
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Temblor en manos o extremidades
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Problemas de equilibrio y coordinación que en ocasiones termina en caídas
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Las dificultades de equilibrio y coordinación son más marcadas en pacientes jóvenes
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Tendencia a inclinarse hacia adelante, pasos pequeños y rápidos y movimiento reducido de los brazos Problemas para iniciar o continuar un movimiento
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Se presentan complicaciones motoras como: Distonía. Contracciones involuntarias de los músculos que causan torsiones o posturas anormales Discinesias. Movimientos involuntarios violentos Fluctuaciones motoras impredecibles
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Problemas en la memoria, la atención y la capacidad de planificar y realizar tareas Pueden desarrollar demencia
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Pueden presentar alteraciones cognitivas como dificultades en la memoria, el razonamiento y la toma de decisiones
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Problemas para dormir
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Dificultad para conciliar el sueño o mantener un patrón de sueño regular
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Suele estar relacionado con factores genéticos
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La evolución de la enfermedad es más lenta
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Se piensa que los factores genéticos son la principal causa del Parkinson juvenil. Se han identificado varios genes con mutaciones relacionadas, el LRRK2 es el más frecuente, suponiendo el 40% de las causas genéticas.
El tratamiento del Parkinson juvenil es similar al del Parkinson en personas mayores, aunque puede haber diferencias en cuanto a la dosis de medicamentos y la estrategia de manejo. Los medicamentos que se utilizan van dirigidos al control de los síntomas motores y no motores.
También es de vital importancia la terapia física y ocupacional para ayudar a mantener la movilidad, la flexibilidad y la independencia en las actividades cotidianas. El diagnóstico de Parkinson juvenil puede ser desafiante tanto para el paciente como para su familia, por lo que recibir ayuda psicológica es sustancial.
La detección temprana es esencial para que se apliquen los tratamientos adecuados y los jóvenes puedan desarrollar mejor sus actividades.