Maria Juana Berra Bortolotti | 15/12/2023

Introducción

Educar las emociones en familia: es una herramienta que pretende brindar al orientador educativo estrategias de formación para trabajar con los padres de familia mediante talleres formativos en contextos educativos formales y no formales.

Los talleres formativos tienen como finalidad el aprendizaje de competencias y habilidades en áreas concretas (en nuestro caso la inteligencia emocional en la familia),tanto a nivel intrapersonal como interpersonal. El enfoque es eminentemente vivencial, siendo la manera más efectiva de aprender a través de la experiencia a fin de integrar el pensar, sentir y el hacer de los participantes en espacios de reconstrucción de los saberes familiares sobre las competencias emocionales, considerando en cada situación el contexto cultural donde se implementan.

Este manual, toma como referente a la Orientación Educativa Familiar, vista como un contexto de intervención de la Orientación Psicopedagógica. Orientación que promueve la prevención y desarrollo con el objetivo de contribuir al desarrollo humano integral a lo largo de la vida de todas las personas que integran el grupo familiar. Considerando esta idea el profesional de la Orientación cumple una función de asesor y formador de la comunidad educativa, principalmente con el personal docente, los tutores y los padres de familia, brindando temas y estrategias que complementen la labor académica y la parental, en este caso haciendo énfasis en el desarrollo emocional de los alumnos/hijos de la comunidad educativa.

Este material es un apoyo a las diversas actividades que se pueden realizar los orientadores educativos, tutores o docentes como parte de un programa de educación emocional, por ello se estructuró en cuatro apartados:

1. Contenidos temáticos, dedicado a exponer, en forma breve desde la orientación educativa familiar algunos conceptos básicos relacionados con inteligencia emocional en la familia.
2. Metodología y evaluación con una descripción de cómo realizar y valorar el trabajo con los padres de familia desde una perspectiva participativa y activa en la formación de los mismos.
3. Dinámicas para la educación emocional, con sugerencias de actividades para el desarrollo de las competencias emocionales de los padres de familia.
4. Referencias y anexos, incluye información para localizar distintas fuentes, tanto de libros como de sitios de internet, sobre el tema de la inteligencia y la educación emociona. Así como un material de apoyo para planear, desarrollar y evaluar el taller.

Objetivo general.

• Comprender, formular y valorar desde la Orientación Educativa familiar la educación emocional en la familia, como un espacio significativo en la promoción y el desarrollo de las competencias personales y sociales de todos sus miembros (padres e hijos), como un factor primordial para el desarrollo humano integral en diferentes contextos educativos formal y no formal.

Objetivos específicos:

• Establecer, argumentar y ejemplificar con los padres de familia un conjunto de actividades vivenciales que les permitan desarrollar una convivencia positiva mediante el desarrollo de competencias emocionales significativas e ineludibles en su función parental.
  
• Experimentar, Identificar y valorar las propias emociones y las emociones de los otros para promover el desarrollo de las competencias emocionales que faciliten el bienestar personal y social de todas las personas del grupo familiar.
  
• Exponer, analizar y reflexionar sobre el valor de la empatía y de las habilidades sociales para la mejora de la convivencia familiar en pro de una sociedad con mayor paz y justicia.

Apartado I Referente teórico

En este apartado se detallan las pautas teóricas que sustentan el desarrollo del presente manual. Esto con la intención de brindar un marco de conceptos suficiente, conciso y claro que puedan brindar apoyo a los orientadores interesados en uso de este manual.

1. Educación familiar y Orientación educativa.

1.1 Educación familiar y competencias parentales.

Las primeras experiencias en la vida de una persona son fundamentales para su desarrollo posterior. Esto crea la necesidad de potenciar la educación en la familia, ya que es evidente la relación que existe entre la calidad de la vida familiar y la calidad de la madurez y socialización de las personas en todas las etapas de su vida (Del Valle, 2005).

La socialización familiar implica algo más que un aprendizaje puramente cognitivo, pues se efectúa en condiciones que involucran un enorme vínculo emocional (Del Valle, 2005).

En la actualidad el concepto de familia ha ido cambiando, su dinámica, estructura y composición tratando de adaptarse a los vertiginosos cambios sociales, económicos y geográficos, a pesar de esto, sus funciones siguen siendo muy valiosas en nuestra sociedad (Sallés y Ger,2011).

Autores como Rodrigo y Palacios (1998) definen a la familia como la unión de personas con un proyecto de vida, con sentimientos de pertenencia, intimidad, apoyo mutuo, cuidados. Por eso las familias son tan importantes. Toda persona tiene una familia de origen, donde nace o crece, y una familia elegida, la que construye como su propio proyecto de vida. Así mismo la familia es el primer grupo de convivencia en la formación y construcción de los seres humanos. Es el ámbito natural y social donde surge de modo espontáneo o intencionado las primeras prácticas educativas, que permiten tanto el desarrollo personal como social de sus integrantes. De allí la importancia de la Educación familiar.

Fig. 1. Esquema sobre la Educación Familiar. Creación del autor (2019).

La educación familiar, parafraseando a Durning y Pourtois en Gevilla (2008), es el conjunto de prácticas sociales aplicadas por los padres, a todos los miembros del grupo familiar, y por los agentes de intervención socioeducativa con los padres (formación parental), así como, a los niños y adolescentes (intervención educativa) de ayuda o de suplencia de grupo familiar.

1. En la familia, los roles de los adultos responsables de la educación son de gran importancia. Se espera así que los padres desarrollen un rol parental positivo, el cual hace referencia a las tareas desarrolladas por los padres y madres para cuidar y educar a sus hijos, al tiempo que promover su socialización. De forma particular Barudy (2005.), establece dos formas de parentalidad:

   1. Parentalidad biológica	Que tiene que ver con la procreación.
   2. Parentalidad social	Que tiene que ver con la existencia de capacidades para cuidar, proteger, educar y socializar a los hijos

   
   
   

2. Así mismo , Bronfenbrenner y Evans , citado en Gómez y Muñoz (2014), entienden por competencia parental la adquisición demostrada - y posterior desarrollo- de conocimientos, habilidades y actitudes para conducir el comportamiento parental propio, a través de diversas situaciones de la vida familiar y la crianza y en las distintas dimensiones (física, cognitiva, comunicativa, socioemocional) del desarrollo de los niños, adolescentes y jóvenes, con la finalidad última de garantizar su bienestar y el ejercicio pleno de sus derechos humanos como futuros ciudadanos.
3. La formación de competencias parentales (o parentalidad positiva) es una tarea compleja, pero relevante de la educación familiar. Tal y como decíamos anteriormente, los padres y madres conforman sus competencias a partir de la articulación de factores biológicos y de su interacción con las experiencias vitales en el contexto sociocultural a lo largo de su vida. No obstante, las competencias parentales están inscritas a la forma de parentalidad social, por ello las competencias parentales pueden ser desarrolladas por adultos significativos, aun cuando no sean los progenitores de los niños, adolescentes y jóvenes (Barudy, 2005).

La educación familiar a partir de la orientación educativa trabaja principalmente con la paternidad social. En este trabajo las competencias parentales a desarrollar son principalmente las emocionales.

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